No ha sido la mejor temporada de Alberto Zapater en el Real Zaragoza. Ni individual ni colectivamente. El equipo no ha estado a la altura de las expectativas y el capitán, mermado por los problemas físicos, no ha llegado a ser la figura que fue. Ahora, con la salvación ya practicamente cerrada, le toca apartarse y pensar en el futuro.
Meses de molestias
Zapater lleva arrastrando molestias en el tendón rotuliano de la rodilla derecha varios meses, según ha informado el club. Por ello, en los próximos días recibirá un tratamiento biológico con el objetivo de recuperarse definitivamente. Tras ello, el ejeano tendrá que trabajar al margen del grupo, por lo que no volverá a pisar los terrenos de juego hasta la próxima temporada.
26 partidos ha llegado a jugar el veterano centrocampista aragonés esta temporada. De ellos 19 como titular y varios desde la posición de lateral derecho. Victor Fernández le ha hecho un hueco en esa demarcación debido a las bajas en la línea defensiva y al difícil acceso a las zonas del medio. Su cantidad de minutos y su rendimiento ha decrecido considerablemente esta campaña. Algo totalmente lógico. Zapater, al igual que todos, cumple años, y su batería se va agotando.
La mitad de minutos que el año pasado
De 3285 a 1642 minutos en una sola temporada. La pasada el aragonés jugó 41 partidos llegando a anotar 5 goles, y demostrando ser uno de los maestros del lanzamiento de faltas de la Liga 123. La anterior fue partícipe en los 42 encuentros de la competición. Zapater, además de ser una pieza imprescindible era un seguro. Siempre estaba y apenas visitaba la enfermería. Este año ambos aspectos han variado. Ni forma parte de la columna vertebral del equipo ni es de hierro.
No obstante el capitán maño ha vuelto a tener su papel en el equipo. Ni central, ni protagonista, pero si considerable. Además de ser el vínculo más representativo con la afición y su papel emocional dentro del vestuario, Zapater ha cumplido dentro del terreno de juego. Compitiendo cuando le ha tocado ser lateral (terreno palpado hace temporadas) y adaptándose a tener que jugar más arriba cuando actuaba en el medio. Ofreciendo desmarques y movimientos más verticales, inimaginables en su fútbol anterior. Siempre anteponiendo el equipo a sus características.