Qué orgullo tener un capitán que lo da todo por tu equipo, que marca la diferencia sobre el terreno de juego y que actúa como un verdadero líder del vestuario. Ese es Jorge Pulido, un hombre que, desde su llegada a la SD Huesca, no ha dejado de ganarse los corazones de la afición azulgrana. Difícil sería de entender a este Huesca sin la garra del toledano, sin su soldado más preciado: Capitán Pulido.
La experiencia de un soldado se curte en batallas, y el central azulgrana ha tenido muchas y bastante dolorosas. Después de no conseguir asentarse en el Atlético de Madrid, Pulido encadenó dos descensos en tres años en Segunda División. El primero llegó con el Real Madrid Castilla en una temporada en la que el filial se quedó a un punto de la salvación. Su buen rendimiento sirvió para que el Albacete decidiera contar con sus servicios donde poco a poco se fue asentando como central titular. Sin embargo, su segunda temporada en el equipo también acabó con un final dramático quedando en penúltima posición. Mientras tanto, el Huesca de Anquela caía en los play off de ascenso a Primera División ante el Getafe.
De esta forma, los destinos de Pulido y la entidad oscense se unieron sin saber en aquel momento que esa relación iba a dar muchas alegrías a los seguidores azulgranas. Con 39 partidos disputados y un único y antológico gol en Lugo de tacón que sirvió para firmar el ascenso a Primera División, Pulido rompió el maleficio que le había estado persiguiendo las últimas temporadas.
De Primera a la capitanía
Aunque la temporada en la máxima categoría española acabó con el descenso de categoría, el toledano fue uno de los mejores del equipo. Las numerosas bajas en la línea defensiva que sufrió el equipo a lo largo de la temporada, obligaron a que Pulido tuviera que jugar incluso de lateral derecho en algún partido. Finalmente, los de Francisco no pudieron lograr la heroica y tras el descenso, Pulido confirmó que continuaría con el proyecto del club.
Y entonces, aquel soldado recibió, al fin, una merecida capitanía. Con brazalete puesto, estamos viendo una versión mejorada del central azulgrana. En una SD Huesca donde si algo se echa bastante en falta es la escasa capacidad de reacción del equipo ante un partido tosco o un resultado adverso, Pulido es todo lo contrario. Cuántas veces habremos presenciado esta temporada las subidas al área rival del toledano cuando sus compañeros no conseguían encontrar puerta. Con un juego donde se abusa de centros al área y a falta de un ‘9’ puro rematador, en Pulido se ha encontrado la alternativa.
Un arranque para enmarcar
Sea una alternativa buena o peligrosa, que también, este nuevo rol ha ayudado a desatascar partidos en numerosas ocasiones. El capitán azulgrana lleva dos goles y dos asistencias, lo que le convierten en el jugador con más participaciones de gol junto a Juan Carlos (tres goles y una asistencia).
Sin embargo, en la faceta defensiva también está cumpliendo notoriamente. Se le ve con una mayor confianza en sí mismo que le ha permitido mejorar con el balón en los pies. Nadie ha dudado de su solidez defensiva pero era cierto que, antes, le costaba más salir con el balón jugado. Durante esta temporada la conducción de Pulido está siendo brillante, sirviendo de gran apoyo a un Mosquera al que a veces se le ve demasiado solo en el centro del campo.
La confianza de Míchel en él es plena, y es que ha sido el único jugador de toda la plantilla en disputar como titular los 14 partidos de liga. De hecho, tan solo está a 15 encuentros de superar los 100 con la camiseta azulgrana, un honor que del equipo titular tan solo ostenta Ferreiro. Sin duda, esta SD Huesca puede estar muy orgullosa de tener a un jugador que lo deja todo por los suyos, que lucha cada partido para devolver al equipo a Primera División. Un soldado incansable, guerrero e inteligente. Un líder: Capitán Pulido.