El rider de snow Lucas Eguibar ha estado unos días en la estación de esquí de Aramón Formigal para preparar el gran reto de la temporada que no es otro que el de competir por el Oro en las olimpiadas de Pyeongchang.
Es una de las grandes esperanzas de España para lograr medalla en las Olimpiadas de Invierno de Corea del Sur. Lucas Eguibar ultima su preparación en la estación de Aramón Formigal. Descuenta los días para la cita olímpica. Ya sabe lo que es ganar en grandes citas. Tiene un Globo de Cristal (2015), pero cuando a un deportista se le pregunta por participar en los Juegos cambia de cara, aunque ya lo tenga en su currículo como es en el caso del donostiarra. Si además atisba, desea y sabe que puede conseguir una presea, el rostro se le ilumina. El vasco tiene la sagacidad suficiente para encarara con éxito la dureza de las pruebas de snowboarder cross donde compite, la técnica y la mentalidad, la vida le ha golpeado con dureza y eso también ha moldeado y forjado el carácter de brega que atesora.
Además, la cita olímpica arranca el próximo 9 de febrero, justo el día de su cumpleaños. Allí, en Corea del Sur, en Pyenongchang 2018, soplará las 24 velas. El donostiarra no desconectó de la nieve ni siquiera en las vacaciones navideñas. Y es que es su pasión. En Formigal ha estado con amigos y familia durante esas fechas y luego en solitario para entrenar en las pistas altoaragonesas del valle de Tena, una estación en la que este año ha diseñado el boardercross, una pista para iniciarse en este deporte que él tanto ama, una pasión que quiere contagiar a los más pequeños.
Asegura que afronta con “ilusión” la cita de Pyeongchang, la que será su segunda participación en unos Juegos de Invierno, una competición para la que lleva cuatro años entrenando con el claro objetivo de subirse al podio. No lo oculta. Va a ir “a por todas”, recalca.