La veteranía de sus 30 años y la ilusión plena de quien va a debutar en Primera. Ferreiro ha sido un jugador clave en la historia más reciente de la SD Huesca. Un currante que se lo ha ganado sobre el prado. Convenció primero a Anquela y luego a Rubi. Ahora le toca hacerlo con Leo Franco, porque el gallego quiere adueñarse de una banda.
Sabe Ferreiro que el Huesca tiene que empezar fuerte. Su objetivo no es otro que el de la permanencia. Muchos equipos lo pueden tener como la Cenicienta de la Liga. Ya se sabe. Eso de la falta de historia en Primera, equipo de capital pequeña, jugadores sin grandes portadas que hay que mutar en lo también sabido de que en el fútbol el pasado sirve de poco, los equipos los hacen los jugadores y que las portadas se consiguen con las victorias.
“Sabemos que vamos a jugar en la mejor Liga del mundo y hay que prepararse a conciencia para hacerlo de la mejor manera posible. Por ganas no nos va a ganar nadie. Va a ser una Liga muy complicada y cada punto será oro”, afirma Ferreiro, que esta mañana ha puesto la voz del equipo tras el entrenamiento en la concentración de Benasque y que tiene claro que el objetivo del equipo no es otro que el de salvar la categoría.
El jugador del Huesca no esconde que la oportunidad que se le presenta de debutar en Primera con 30 años hay que aprovecharla. Y los inviernos en su DNI no le pesan un solo miligramo. “Estoy con la ilusión de un chico de 18 años y voy a intentar dar lo máximo como en las dos temporadas anteriores”, explicó.
Dueño de una singular forma de juego, Ferreiro pone el acento en que esta tercera temporada en el Huesca espera que sea la mejor desde que llegó al equipo y, además, consciente de que siempre ha tenido que trabajar para hacerse un hueco en el once inicial porque sabe que las competiciones “son muy largas y hay que aprovechar las ocasiones. El entrenador cuenta con todos y hay que trabajar duro para aprovechar cuando llega la oportunidad”.
Ferreiro también se refirió a las nuevas incorporaciones y en este sentido puso especial énfasis en el carácter de equipo con el que han llegado jugadores como Miramón, Eugeni, Luisinho, Longo y Werner. “Somos ya más amigos que compañeros. Faltan por llegar unos cuantos jugadores y esperemos que lo hagan cuanto antes”, indicó. Esa filosofía de ser un equipo como una roca es la gran baza que juega el Huesca para la permanencia.