Esta vez la hazaña del rival tiene recorrido en Europa. El Getafe, que llegó a disputar los cuartos de final de la Copa del Rey, se quedó a menos de un minuto de eliminar al Bayern de Munich. Su hazaña.
Un fútbol vistoso y alegre, jugadores jóvenes que empezaban a despuntar como De la Red, Granero o Manu del Moral, veteranos de la talla del ‘Pato’ Abbondanzieri y gladiadores con el carácter de Cortés, Casquero y Celestini. Todo eso dirigido por la barita mágica de un Michael Laudrup que desprende arte y elegancia en cuanto una pelota se mueve por el terreno de juego. Ese fue el cóctel, la receta que hizo al Getafe, al ‘EuroGeta’, soñar con entrar en unas semifiniales de la Uefa.
Abbondanzieri, Cortés, Contra, Tena, Licht, Casquero, De la Red, Gavilán, Celestini, Uche y Manu del Moral fueron los elegidos por el técnico danés para la vuelta de los cuartos de final de la Copa de la Uefa de la 2007/08 en aquel ilusionante, inolvidable y cruel 10 de abril de 2008. Ilusionante e inolvidable porque era el mejor momento de la historia del Getafe: estaban luchando por eliminar al gigante Bayern Munich de una competición europea mientras esperaban la final de la Copa del Rey. La crueldad se vio en la forma de caer eliminado.
Todo empezó en septiembre cuando los azulones eliminaron al Twente holandés por los goles marcados fuera de casa, ya que en España venció 1-0 el ‘EuroGeta’ y en los Países Bajos el resultado fue 3-2 favorable a los locales, tras una prórroga loca en la que el Getafe se adelantó 1-2 y el Twente remontó en los últimos tres minutos para sellar el definitivo 3-2.
El Getafe estaba en la fase de grupos encuadrado con Tottenham, Hapoel Tel Aviv, Aalborg y Anderlecht. Cinco equipos para tres puestos. Cuatro partidos en los que el Getafe lo bordó al derrotar 1-2 en White Hart Lane a los Spurs, gracias a los goles de Granero y Braulio, que remontaron el tanto inicial de Defoe. Esa fue la victoria más significativa por la dificultad que tenía. Después llegó el varapalo de caer en casa contra el Hapoel Tel Aviv (1-2), antes de que los madrileños ganaran de nuevo por 2-1 a Aalborg y Anderlecht y se clasificaran como primeros de grupo. El AEK esperaba en dieciseisavos.
Un empate a uno en Atenas con un tanto de De la Red y un 3-0 en el Coliseum fueron los resultados de los dos partidos. Fácil para el Geta, y llegaba el Benfica en cuartos. No importaba. La ambición en el sur de Madrid era enorme y, las ganas de ganar, incuantificables. 1-2 en Lisboa, 1-0 en Getafe y, los de Laudrup, a cuartos de final contra el Bayern sin sufrir ni un minuto. Ahora el gigante de la Uefa se cruzaba en el camino azulón.
Oliver Kahn, Lahm, Jansen, Demichelis, Lúcio, Schweinsteiger, Van Bommel, Zé Roberto, Ribéry, Podolski y Luca Toni fueron los hombres que alineó Hitzfeld para el partido de ida en el Allianz Arena. Por su parte, Laudrup salió con Ustari, Cortés, Tena, Mario, Signorino, Granero, Casquero, Albín, De la Red, Pablo Hernández y Uche. El partido lo empezó a encarrilar para los bávaros Luca Toni. El 1-0 parecía bueno para los alemanes, que no contaban con que el rumano Cosmin Contra, al que se le murió su padre en la previa al partido, fuera a empatar el choque en el último suspiro del encuentro con una sensacional vaselina. Un gol que se iba dedicado al cielo.
En la vuelta, la crueldad, la polémica y la suerte de equipo grande se alinearon con el Bayern dando la espalda a un Getafe combativo, que presumió de corazón durante todo el encuentro y que jugó con diez durante 114 minutos (De la Red fue expulsado en el 6). Los azulones se adelantaron de nuevo con un gol de Contra antes del descanso, pero Ribéry iba a forzar la prórroga con un tanto en el 87. La primera de las injusticias.
En el tiempo extra, los de Laudrup, lejos de desanimarse, se llegaron a colocar 3-1. Casquero, con un auténtico golazo, y Braulio, a la contra, desataron la locura en un Coliseum que un año antes había vivido la remontada al Barça de 4-0. Sin embargo, cuando todo parecía acabado, un centro sin peligro al área en el 115′ se le iba a escapar a Abbondanzieri, pasando la pelota por debajo de sus piernas y quedando mansa para que Luca Toni la tuviera que empujar. 3-2 y, Getafe, paralizado.
Los alemanes embotellaron al Geta hasta terminar empatando el choque con un gol de cabeza de Toni en el minuto 120. En esa jugada, Kahn, que había subido a rematar la acción previa, pudo hacer falta en un salto con un jugador azulón. El árbitro no la señaló. El resto forma parte de la historia.