En el último mes el ánimo y la ilusión de la afición oscense ha ido decayendo de una forma considerable tras este bache por el que está pasando el conjunto azulgrana, pero hay razones más que de sobra para volver a creer en el equipo.
Es cierto que a los pupilos de Anquela no les están saliendo las cosas en las últimas jornadas y la ilusión de la gente ha decrecido rápidamente en consecuencia de ello. El Alcoraz ha dejado de ser un fortín y el equipo oscense lleva sin conocer la victoria desde hace casi dos meses. Además se han concedido hasta tres derrotas consecutivas en casa, pero pese a los malos números, el Huesca sabe cómo levantarse y, con hombres de tantos mimbres, es más fácil.
Este pequeño bajón de rendimiento puede haberse producido por un cierto relajo en el club, pero es obvio que esta categoría no permite despiste alguno, pues puedes pasar de encontrarte en puestos de ‘playoff’ a jugarte la permanencia en cuestión de pocas semanas. El Huesca sabe lo que es renacer de las cenizas o, si no, ¿quién diría que este equipo, al final de la temporada pasada, acabaría en mitad de la tabla?
Todas las temporadas se tiene un bajón, un bache que en cierta manera te alerta del nivel que existe en esta división. Es mejor que esa negativa racha aparezca a mitad de campaña, en la que queda mucho por jugarse y mucho tiempo para pensar y volver a ser el equipo de la primera vuelta. Un equipo que daba igual al que se enfrentara, jugaba a dar el 110% y eso se notaba en el campo. La parroquia oscense aplaudía tal desparpajo como ahora debería animar viendo una situación de la que no es muy difícil salir. Simplemente hacen falta ganas y volver a levantar la moral de aquellos que una vez soñaron con jugar algo que no se puede permitir el Huesca a estas alturas.
El objetivo del club siempre ha sido la permanencia, y este año no iba a ser diferente por muy arriba que estuviera el conjunto oscense. La marea azulgrana es soberana, pero hay que entender que el equipo no podía mantener tan alto nivel durante mucho tiempo. Todo llega y por todo se pasa; ha tocado que en estas fechas el Huesca esté viviendo su propio bache, pero después de la tormenta llega la calma.
Se puede estar de acuerdo con Anquela o no, cada uno puede tener su propia visión, pero de lo que no cabe ninguna duda es que el jienense es uno de los técnicos que más alto ha llevado el nombre del Huesca. Un entrenador sin pelos en la lengua, que dice las cosas sin miramientos y por el bien del club, siempre respetando al rival y acatando las consecuencias cuando algún planteamiento no ha salido como él esperaba. Todos somos humanos, todos cometemos errores y Anquela no iba a ser menos.
Por esto, y mucho más, es el momento de apoyar al equipo que, pese a los errores, pese al bajón de rendimiento, pese a los últimos resultados, llegó a ilusionar a una ciudad entera codeándose con los líderes, haciendo de El Alcoraz un fortín y llevando el escudo que representan a la zona noble de la clasificación. Sin duda, el desagrado de la afición se ha dejado notar tras el derbi aragonés pero con la ayuda de la marea azulgrana el conjunto oscense volverá a luchar cada partido, cada fin de semana, y volverá esa ansiada victoria que el Huesca no encuentra desde hace prácticamente dos meses.