El domingo concluyó en Roma la 108ª edición del Giro de Italia, y con ella, tres exigentes semanas que han dejado sensaciones agridulces para Sergio Samitier. El ciclista barbastrense del equipo Cofidis logró completar los más de 3.300 kilómetros del recorrido italiano, firmando el puesto 52 en la general, aunque con el convencimiento de que podía haber ofrecido más.
«No era el Giro que esperaba. Quería más», escribió Samitier en sus redes sociales nada más cruzar la meta final en la capital italiana. Su mensaje fue directo, autocrítico y honesto. A pesar de no haber logrado los resultados soñados, quiso destacar también que ha disfrutado la experiencia, consciente de que completar una gran vuelta es siempre un reto mayúsculo.
De la ilusión inicial al desgaste acumulado
Samitier tuvo una buena primera semana, en la que llegó a situarse en la 24ª posición tras la etapa 8, lo que dejaba entrever que podía aspirar a algo más que ser un gregario de lujo. Sin embargo, en la segunda mitad del Giro el cuerpo dijo basta, y el aragonés fue perdiendo terreno progresivamente hasta caer al puesto 67.
Aun así, el ciclista del Cofidis no bajó los brazos. En las últimas etapas, especialmente en la jornada final en Roma, protagonizó una ligera remontada que le permitió cerrar el Giro en la 52ª posición, recuperando más de 15 puestos y dejando constancia de su capacidad de resistencia y su orgullo profesional.
Una espina clavada desde 2022
Para Samitier, completar esta edición tenía un valor añadido. En 2022 se vio obligado a abandonar la Corsa Rosa por una caída, y este año uno de sus principales objetivos era llegar a Roma. Lo ha logrado, aunque no como hubiera querido desde el punto de vista competitivo.
«Aceptar, aprender y seguir», añadió el oscense, dejando claro que la frustración no le frena. Al contrario, es gasolina para seguir luchando en una carrera deportiva que todavía tiene muchos capítulos por escribir.
Un ciclista fiable en un calendario exigente
A sus 29 años, Sergio Samitier ha demostrado ser un corredor maduro, constante y de equipo, aunque no renuncia a buscar su espacio en fugas y etapas de montaña. Este Giro ha sido una prueba más de su compromiso con el grupo y su solidez en pruebas largas, aunque sigue buscando esa oportunidad que le permita brillar con luz propia.
Queda por ver si el calendario le depara alguna nueva gran vuelta esta temporada o si se centrará en carreras de una semana, donde también puede aportar experiencia y trabajo táctico.
Un Giro inolvidable… aunque no para todos
El Giro 2025 pasará a la historia por la victoria final de Simon Yates, la presencia del Papa León XIV bendiciendo a los corredores antes de la última etapa, y el triunfo de Olav Kooij al sprint en Roma. Para Samitier, sin embargo, esta edición será la de la espina parcial y la lección aprendida, pero también la de la determinación intacta de seguir pedaleando hacia nuevas metas.