HUESCA | Dani Arguillas se ha despedido esta tarde como jugador del BM Huesca. Es la tercera salida oficial del equipo, el tercer capitán que se marcha. El tercero que deja su casa. Porque Dani también ha hecho de la capital altoaragonesa su hogar. Primero fue Miguel Malo, luego Adrià Pérez y ahora es Dani Arguillas que seguirá ligado al balonmano, defendiendo otra portería y otro escudo, que ha declinado precisar… aunque cuando se le ha dicho aquello de no nos pares lanzamientos ha respondido con una sonrisa. Burgos sonó la pasada semana como posible destino y el siete castellano jugará la promoción del ascenso contra un Guadalajara que quiere seguir siendo ASOBAL.
El portero ha estado acompañado en su adiós por el presidente de la entidad, Pachi Giné, y el técnico José Francisco Nolasco. Y, además, todos sus compañeros con los que ha sido protagonista de una de las campañas más duras. Arguillas llegó a Huesca hace diez temporadas y siempre se ha caracterizado por ser un jugador que busca la motivación, sobreponerse a la adversidad, siempre animando pese a lo complicado de cada momento en esta y en cualquier otra temporada. Un vistazo a sus redes sociales así lo atestigua.
Y su familia. Siempre presente, siempre las primeras -su hija y su mujer- animándole. Seleccionado por Canadá, Arguillas se ha despedido con palabras emocionadas. A duras penas ha podido contenerse y se ha mostrado seguro de que cuando se retire quiere hacerlo en el BM Huesca. «Me quedo con este domingo, aunque sea reciente y es fácil quedarse con eso. Pero jugar como se jugó en Aranda y cómo lo hemos hecho con las circunstancias que sabéis y otras que no sabéis -dirigido a los medios- es para quitarse el sombrero. Y me quedo con un partido de hace tres temporadas, muy especial a nivel personal, un partido contra Cangas que fue muy importante para mí y marcó un antes y un después», ha señalado Arguillas en su despedida.
Un ‘hasta luego’ de Arguillas
La gran pena del portero es que su ‘hasta luego’ no ha podido ser sobre el 40×20. Después de jugar con problemas físicos su cuerpo dijo basta a finales de abril y ya no volvió a la pista. Arguillas se marcha con esa pena, pero con el orgullo de haber sido capitán de una plantilla que ha firmado una segunda vuelta «espectacular» para lograr una permanencia que en ocasiones se antojó casi imposible. El portero se marcha después de diez temporadas y con el sentimiento de ser «un oscense más».
La salida de los tres capitanes es más que un acto simbólico, implica que se cierra un capítulo en la historia del club para abrir uno nuevo.