ZARAGOZA | El Real Zaragoza empezó el curso con derrota, en un partido que amasó sin llegar a vencer. Tuvo media docena de ocasiones, pero se topó siempre con Aitor Fraga, al que exigió mucho y poco al mismo tiempo. Gabi creyó en el fútbol y en la pausa, pero no cubrió las espaldas de su equipo, mal parado en el contragolpe que lo decidió todo. El Sanse ejecutó con la misma calma que le faltó al Zaragoza, cómodo en el lugar del león, capaz de hacer que el equipo de Gabi Fernández pareciera tierno y primerizo, sin garras ni colmillo.
Adrián Rodríguez (6): Quedó vendido en el gol de Ochieng, sin mucho que hacer ante una gran ejecución. Si dudó en algún punto con los pies, respondió firme con las manos, en acciones que demuestran que es un portero entero, que posee seguridad y reflejos.
Juan Sebastián (6): Correcto, guardó la banda y se aplicó en defender. Quizá le faltó un punto de ambición desde el carril, pero eligió no despeinarse demasiado. Mantuvo el rigor en la segunda mitad, cuando Gabi le utilizó en el carril central. Jugó bien, pero no alcanzó un sobresaliente.
Carlos Pomares (4): Incómodo en el perfil diestro de la defensa, no supo detener la descarga de Orobengoa, que fue el origen del gol que lo decidió todo. Sufre a la espalda, escaso de aceleración, sin tinta para ser un corrector. En la segunda mitad, mejoró. Y se acercó a lo que se espera de él: un punto de seguridad y muchos de disciplina.
Aleksandar Radovanovic (4): Le cuesta girar y defender los grandes espacios. Sin grandes sprints en sus cuentas, compensa con faltas sus defectos. Un buen cruce le pasó factura. El choque le hizo pedir el cambio en el descanso, herido de nuevo en su tobillo.
Dani Tasende (4): Todo lo que aporta en ataque, lo descubre en defensa. Es un futbolista precipitado, que nunca piensa dos veces. Le va bien en algunos casos, pero le conduce al error con mucha frecuencia. Ganó la banda pero no atinó en sus centros. A cambio, dejó libre el carril del gol para Ochieng.
Francho Serrano (3): Impreciso, el partido le pasó por delante y no acertó ni en sus pausas ni en sus conducciones. Pareció superado por Tommy Carbonell y por un puñado de promesas.
Raúl Guti (3): En su encuentro hubo exigencia y una carga demasiado grande de responsabilidad. No le hace bien: está muy lejos de su mejor juego. Llegó tarde a los duelos, no afinó sus pases y nunca pisó el balcón del área.
Paulino de la Fuente (7): En su fútbol hay regate y salidas hacia los dos costados. Su truco es eficaz en el juego posicional, en el espacio corto, como si su freno fuera tan eficaz como la aceleración. Probó fortuna desde lejos, pero le costó encontrar remates nítidos en el área. Quizá el paso de los minutos descubrió que el físico no le da todavía para ser determinante todo el tiempo. Aún así, por sus botas pasaron las mejores opciones.
Ager Aketxe (5): Jugó con pausa y supo armar el fútbol colectivo, pero lo hizo siempre a un ritmo demasiado bajo. Probó fortuna desde lejos y a su partido le faltó una tercera falta, para afinar por completo su golpeo. Como todo el equipo fue de más a menos. Y acabó fallando un gol cantado.
Sebas Moyano (6): Le cosieron a faltas. Acabó herido, condicionado por un colegiado que fue demasiado flexible con el marcaje que le hicieron. Tuvo tres opciones para marcar, pero no atinó desde las distancias cortas ni las largas. Tiene desborde e intención, pero le sobró un toque muchas veces.
Dani Gómez (4): Mostró dos cualidades que le definen -voluntad y desmarque- pero estuvo peleado con el remate y disparó siempre de espaldas. Jugó mejor lejos del área que cerca de su zona. Y eso, en un delantero, es siempre un problema.
Cambios del Real Zaragoza:
Mario Soberón (5): Gabi le situó en la punta de ataque, pero su entrada coincidió con el peor momento del Zaragoza en el partido. Salvo en una falta, no pudo oler la sangre y quizá el mejor resumen llegó en una jugada cotidiana. Después de haber ganado un balón en la izquierda, nadie le acompañó en el ataque. Actuó demasiado solo.
Iván Calero (4): Negado en el centro, sigue peleado con la suerte. Ganó sitio en su banda pero nunca le puso sentido a sus servicios. Es tan capitán como suplente.
Pau Sans (5): Quiso agitar el partido, pero a su regate le esperó un equipo entero. Jugó lejos del último tercio, en pleno atasco del Zaragoza en el partido.
Samed Bazdar (SC): Gabi le otorgó un descuento, cuando el partido solo lo podía igualar su talento.
Entrenador:
Gabi Fernández (3): Eligió una propuesta distinta de la esperada y su equipo tuvo pausa y partitura, pero nunca vértigo. Descartó a Saidu, quizá el único central de esta plantilla que puede ganar las carreras. Creyó que para ganar el partido solo haría falta paciencia e insistencia y tocó poco el camino que había diseñado su partido. Esperó un milagro de Paulino y retrasó en exceso la entrada de Bazdar, el delantero más distinto que tiene en su abanico. Su lectura al acabar el encuentro le resta dos puntos. Vimos a un Zaragoza lleno de buenas intenciones, pero nunca a un gran Real Zaragoza.