ZARAGOZA | El Real Zaragoza empató ante el Valladolid en el Estadio Modular, en un partido tan tenso como difícil de mirar. Mejoró en la segunda mitad. Todo. el Zaragoza y el partido, pero el Zaragoza no encontró los caminos para jugar o generar ni tampoco para abrochar su ventaja.
⚽️🦁 ¡Así vivimos el cierre de mercado del Real Zaragoza!
Adrián Rodríguez (6): Poco exigido en general, sufrió en las situaciones aéreas y le costó marcar su territorio. No salió en acciones que debían ser suyas, desprotegió su zona en el gol y titubeó más que en Castalia. En el tramo final, calcó su mejor parada y firmó una mano especial, muy suya.
Juan Sebastián (6´5): Elegante, elástico, ganó la banda y buscó la profundidad. Progresa y evoluciona, con un fútbol que es ya una realidad.
Pablo Insua (7): Sobrio, tranquilo, llegó puntual a los duelos y mostró que conoce el oficio de un defensor y todos sus secretos.
Aleksandar Radovanovic (SC): Caído en la primera oportunidad, tuvo que abandonar el partido en el minuto 9. Un choque con Juric heló El Estadio Modular. Salió por su propio pie, pero no para volver a jugar.
Carlos Pomares (4): Tímido y más dubitativo de lo que se podría pedir y esperar. Le cambiaron y Juan Sebastián fue mejor en su lugar.
Yussif Saidu (8’5): Su fútbol es calidad física y pura valentía, un atrevimiento total. No rehúye ningún duelo y busca todas las disputas. No siempre mide bien, pero incluso cuando se equivoca, está cerca de acertar. La lesión de Rado le hizo regresar a la zona central. Actuó desde el impulso, también desde la velocidad. Cuando tomó el mando, ganó todos los duelos y peinó a raya a los delanteros. Es una promesa.
Raúl Guti (6´5): Completó su mejor partido en este inicio. Se le vio más preciso, sólido en los duelos y mejor acompañado. Le cuesta generar fútbol para el resto, pero lo compensa con esfuerzo.
Paulino de la Fuente (5): Atascado, sus problemas físicos le han restado fluidez y regate a su juego. Tuvo una falta ideal en la zona del zurdo, pero la mandó a la grada. A su partido le faltó incidencia y continuidad.
Sebas Moyano (4): Tiene atrevimiento y garra, pero Alejo le ganó la partida. No consiguió desbordar y está muy lejos de ser el jugador decisivo que se intuyó en la pretemporada. Su inicio es una decepción.
Pau Sans (5): Lo intenta mucho, pero no está del todo fino. Confuso, le cuesta acabar todo lo que empieza. Le afecta un síndrome habitual en los futbolistas: siempre es más difícil sorprender en las segundas temporadas que en las primeras.
Dani Gómez (7): Hizo un mundo de una acción, listo, con olfato e intuición. Después de robar, pisó área, recortó y fusiló. Y en esa acción se explica lo mejor de todo su partido. En el resto de las cosas, se precipita a menudo. Pero ha encontrado el gol dos veces consecutivas. Y eso en un delantero es mucho. Casi todo.
Cambios del Real Zaragoza:
Paul Akouokou (8): Firmó un gran estreno. Administró el juego con seguridad y ganó duelos por costumbre. Debutó a la carrera, sin que nadie le esperara tan pronto. Sin estar en plenitud física, fue un pegamento fundamental para el equipo. También un elemento que le dará a este grupo su identidad definitiva. Ahora el Zaragoza sí que puede ser el equipo agresivo que siempre quiso ser.
Francho Serrano (5): Quizá afectado por su suplencia, no entró bien al partido. Mejoró con el paso de los minutos.
Mario Soberón (3): Está muy lejos de todo. Del área, el gol y, por tanto, de sí mismo.
Kenan Kodro (6): Hubo entusiasmo en su entrada y algunas promesas. Perdió pie después, sin tener opciones claras de remate.
Marcos Cuenca (7): Veloz, atrevido, fue un estímulo para el partido. Aceleró, ganó la línea y desbordó siempre. En solo unos minutos demostró que es un argumento útil para este equipo.
Hugo Pinilla (6): No acertó en sus primeros contactos, pero mejoró después, con algunos detalles de su juego. Tiene talento y personalidad. Y no tardará en demostrarlo.
Entrenador:
Gabi Fernández (6’5): Se vio al Real Zaragoza que el técnico propone, al equipo competitivo y aguerrido que quiere ser. Quizá esa fue la nota más positiva del empate. Pero eso no lo es todo. La más negativa es que a este equipo le falta mucho juego y alegría. Le cuesta un mundo progresar a través del pase y generar ocasiones por su cuenta. Las mejores llegaron a la carrera y en un error de Meseguer. Con ese premio, el equipo no supo administrar ni regular su ventaja. Y perdió el triunfo que más a mano tuvo en el curso, contra el mejor rival. El técnico aplaudió la actitud de todos, pero su Zaragoza debe aprender a ganar.