HUESCA | El Atlético Monzón sigue escribiendo páginas doradas en su historia. Este fin de semana ha certificado su pase a la final nacional del playoff de ascenso a Segunda RFEF, tras volver a imponerse al CD Binéfar (1-0) y cerrar una eliminatoria prácticamente sentenciada desde la ida. El conjunto de Ismael Mariani, firme, sobrio y eficaz, se ganó el derecho a soñar frente al Porreres mallorquín, rival al que se enfrentará en una eliminatoria a doble partido con el billete al fútbol semiprofesional como premio.
El 2-5 conseguido en Los Olmos pesaba como una losa para el Binéfar antes incluso de pisar el césped del Isidro Calderón. Con tres goles de desventaja, el conjunto celeste de Luis Arcas necesitaba una hazaña para igualar la eliminatoria y soñar con la prórroga. Lo intentaron con convicción, y durante muchos minutos coquetearon con ese milagro: Chicho, Izan, Amine o Querol pusieron a prueba a la zaga local. Especialmente claro fue un cabezazo de este último que se estrelló en el larguero cuando más lo necesitaban.
Pero el Monzón no es un equipo que conceda mucho. Su segunda vuelta ha sido de manual, y en el playoff ha demostrado por qué. Sin precipitarse, pero con ambición, los rojiblancos dominaron los tiempos del partido y aprovecharon su momento.
Chipi, otra vez decisivo
Fue en el minuto 73 cuando llegó el golpe definitivo. Un saque de esquina al primer palo fue cazado por Chipi, que se lanzó en plancha para conectar un cabezazo letal que dejó sin respuesta al meta visitante. Fue el 1-0, el 6-2 global y el final emocional de una eliminatoria que el Binéfar había peleado con todo, pero que el Monzón supo manejar como los grandes.
Apenas dos minutos después, los literanos se quedaron con uno menos. Chicho Barreda, desbordado por la impotencia, cometió una dura entrada que le valió la expulsión directa. De ahí al final, algunos conatos de tensión, nervios, y una fiesta contenida que estalló con el pitido final.
Un objetivo histórico al alcance
El Monzón suma así cuatro victorias en cuatro partidos de playoff, demostrando que llega al momento clave en su mejor versión. Y ahora espera el Porreres, que se impuso en la final balear al Penya Independent. La ida se disputará el próximo fin de semana en tierras mallorquinas, mientras que el Isidro Calderón dictará sentencia en la vuelta.
La ciudad sueña. Nunca antes el Atlético Monzón había estado tan cerca de jugar en una categoría superior a Tercera RFEF. El trabajo, la constancia y el bloque compacto de Mariani han traído hasta aquí a un equipo que ahora lo ve todo un poco más cerca. Solo quedan dos partidos para tocar el cielo.