ZARAGOZA | El Real Zaragoza continúa trabajando en lo que está siendo y será hasta el domingo una semana especial. Este domingo, el equipo tiene dos misiones en las que no pueden fallar y aunque son independientes, en gran medida van muy unidas. La primera se trata de despedir como se merece a un estadio histórico y que por momentos, lo ha sido todo. Y la segunda, de ganar ante el Deportivo de La Coruña y de acabar, por fin, con la agonía de miles de zaragocistas. Lo más curioso es que la primera condición seguramente no se pueda dar sin la segunda; pero lo más probable es que la segunda misión tampoco se pueda cumplir sin la primera.
Desde su llegada, Gabi Fernández fue consciente de la seriedad y la dificultad del reto al que se enfrentaba. Para sacarlo adelante, sabía que debía recuperar a todos los efectivos posibles y tomar decisiones y así lo ha hecho. El madrileño ha conseguido recuperar a futbolistas como Adu Ares o Jair Amador y ha apostado por otros como Francho Serrano en el lateral o Ager Aketxe. Si bien es cierto que a Ager Aketxe se le presuponen unas características y un potencial único en la plantilla, no es menos cierto que desde que está en el Real Zaragoza, su rendiemiento no ha sido el esperado.
Pese a que Gabi Fernández ha intentado recuperarlo desde el primer minuto, la sensación es que aunque le ha dado continuidad y un mayor protagonismo, la versión del mejor Aketxe no ha lucido en Zaragoza. Su fe en el vasco fue tal que salió a defenderlo en rueda de prensa, siendo más que claro. “Creo que Ager es el jugador más profesional que tenemos, que mejor entiende el fútbol […]. Es muy importante, le voy a defender, entiendo las criticas hacia él y hacia mí, pero a día de hoy, tengo que hacer ver a mis jugadores que son los mejores”. Unas declaraciones que evidencian la confianza del entrenador en el ’23’ zaragocista pero que, a falta de dos partidos, no se ha visto recompesada con una incidencia notable en el juego.
Aketxe fue una de las grandes apuestas de este verano. Con él, el Real Zaragoza creyó haber fichado calidad, gol, último pase, balón parado y un futbolista diferencial en la categoría. Lejos quedan los 13 goles y las 6 asistencias del curso pasado, pero la realidad es que el vasco no solo ha empeorado en los números, sino también en los intangibles. Mientras el curso pasado se sintió importante y diferencial, el juego y la actitud corporal de Aketxe este año desvelan todo lo contrario. Aunque su equipo lo ha esperado todo el año, el ’23’ siempre se ha mostrado atípico y nunca ha llegado a demostrar la clase de futbolista que fue en el Éibar.