El madrileño está llamado a ser uno de los jugadores importantes a lo largo de la campaña que acaba de arrancar. A sus 25 años parece haberse consolidado en el club oscense y tras una temporada con altibajos, el haber sido un hombre importante para Anquela y el equipo en el final del pasado curso, han de ayudarle para que esta sea por fin la de su despegue.
Hay muchas esperanzas puestas en Samu Sáiz para la presente temporada dentro del seno de la Sociedad Deportiva Huesca, y es que no es para menos. El futbolista madrileño cuajó un final de temporada muy completo, siendo un hombre importante para Juan Antonio Anquela, a pesar de que le costó encontrar esa regularidad (al igual que le ocurrió con Tevenet). Desde el banquillo y ayudado por las urgencias, el preparador jienense encontró en Samu el flotador perfecto para el equipo. Desde sus apariciones adquirió protagonismo y respaldado por el clamor de la grada finalmente encontró una oportunidad en el once que, a tenor de lo sucedido, aprovechó y de qué manera.
El jugador que renovó su compromiso con el club por 2 temporadas hasta junio de 2018, se convierte así en pieza clave y máxime sabiendo el potencial que tiene y ha demostrado. Desde la estabilidad que le puede haber producido su renovación, el ejemplo de hombres como Fran Mérida parece ser un aliciente para que este sea el año de despegue del futbolista. Anquela y su cuerpo técnico lo saben y quizás se está siendo muy cauto en este inicio de pretemporada y cuidando al máximo detalle su preparación sin correr riesgos innecesarios debido a sus problemas al final de la temporada con las lesiones musculares.
Tras el partido contra el Athletic, en el cual que apenas participó unos minutos, el pasado sábado contra el Alavés pudimos disfrutar de nuevo de Samu, dejando destellos de lo que puede ser este año para él y la importancia de que su juego se consolide y crezca. Al parecer y vista la confección de la plantilla casi nadie discute ya que la posición de mediapunta en el equipo tiene su nombre, por su calidad, su electricidad, su velocidad de conducción y su potente disparo. Anquela lo sabe, y como en multitud de ocasiones manifestó la temporada pasada el jugador, necesitaba tiempo.
La confección de la plantilla hecha con orden y cabeza (a expensas de las últimas llegadas y salidas) tiene un claro patrón definido. La seguridad defensiva, líneas muy juntas y la velocidad en las transiciones. Esa velocidad en la transición es clave para que futbolistas como Samu puedan ser importantes y afloren todo su potencial. Sin duda, el jugador debe dar el salto de calidad si tiene esperanzas de poder desarrollar su fútbol en cotas superiores, y si las lesiones le respetan, calidad no le falta. El futuro y su cabeza lo decidirán.
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