HUESCA | Las despedidas nunca son fáciles. Y la de Antonio Hidalgo no iba a ser una excepción. Tras un curso y medio en el Huesca, 600 días, y un sinfín de alegrías, llegó el último postpartido del técnico catalán: «Me siento feliz. Siento la tranquilidad de haber hecho un trabajo bien hecho. A veces es complicado que ese trabajo se reconozca, pero he tenido mucha gente cerca. Y puedo decir que este es uno de los momentos más felices de mi vida», comentó con una sonrisa. También reconoció que «he jugado muchos años al fútbol y nunca había sentido tanto cariño en un estadio»
Asimismo, el técnico evidenciaba con un ejemplo claro su felicidad y orgullo en la localidad oscense: «No puedo pedir más. Esta misma mañana paseaba por Huesca con mi familia, y era todo agradecimientos. Ellos, que no suelen venir mucho, han vivido eso también. Que hayan sido partícipes de lo que se ha creado aquí es brutal», señaló, para después añadir que «aquí ha sido todo bueno. Ha sido increíble. Me han acogido tanto en lo deportivo como fuera del campo. He conocido personas que me han dado vida incluso en mi día a día. Y eso hace que sientas este cariño por todo el mundo. He estado encantado«.
Sobre su relevo para el próximo curso, Hidalgo se mostró muy confiado en el ojo del club: «Estoy convencido de que van a trabajar muy duro para traer a alguien muy capacitado. Va a ir con todo. Lo importante es estar cerca de la gente. Hay que empujar todos juntos, porque juntos somos muy difíciles de vencer», constataba el técnico, sabedor del gran año cursado. «Hemos sumado 64 puntos, es la tercera mejor puntuación de la historia del club, y eso habla muy bien de la temporada que hemos hecho», explicó.
Sobre el encuentro ante Eldense (3-2), tampoco se habló mucho, más allá de que «es un poco el resumen del año: aquí, para sacar partido, hay que sufrir siempre. Ha sido un partido difícil de jugar. Mucha gente termina etapa y se va a ir a casa. Pero ha habido unas 5.000 personas en El Alcoraz y ha sido una gozada».
Joaquín Muñoz, su partido y su temporada
Sobre el primer goleador de la tarde, Joaquín Muñoz, quien no tuvo una temporada sencilla, el técnico matizó que «le tengo muchísimo cariño. Le quiero como a un hijo. Lo ha pasado mal, ha tenido momentos duros. Ha sentido frustración, porque tiene un talento brutal. Seguramente no le he dado todos los momentos que él quería, pero ha creído mucho en sí mismo. Espero que siga empujando ese límite, porque lo ha dado todo en todo momento, en los más de 130 partidos que ha jugado con la camiseta del Huesca».
Por otro lado, Antonio Hidalgo es consciente de que, de haber caído la moneda de cara en ciertos partidos, otro gallo habría cantado, pues el cuadro aragonés se quedó esta temporada rozando los puestos de playoff tras ostentarlos durante prácticamente todo el año. «Lo he pensado mucho, especialmente después del día del Albacete. Ese fue uno de mis momentos más duros. También es verdad que en otras jornadas hemos tenido goles en el descuento, situaciones inesperadas… No obstante, al final todo se ha juntado, y ha sido demasiado cruel. No sé exactamente a cuánto nos hemos quedado del playoff, pero estoy seguro de que fue cerca. Tengo la sensación de que lo hemos tenido en nuestras manos».
El legado emocional de Antonio Hidalgo
Finalmente, el técnico se despidió de su última comparecencia como entrenador del Huesca resumiendo su legado: «Lo que tengo claro es que llegué en un momento muy difícil del club. Había demasiado pesimismo alrededor. Y entre todos conseguimos generar una ilusión, ya desde el año pasado con la salvación, que también se complicó. Este año empezamos con dudas, pero esa ilusión fue creciendo. Y la afición se conectó. Disfrutó», dijo Hidalgo que acabó con otro mensaje de orgullo. «La gente me dice por la calle que hacía tiempo que no disfrutaba tanto en El Alcoraz. Y eso es lo más importante: que la ilusión se ha recuperado», concluyó.