ZARAGOZA | El Estadio Municipal de Barbastro vivió una tarde de emociones extremas, con un final tan imprevisible como dramático. El conjunto dirigido por Dani Martínez logró mantener la categoría (Segunda RFEF) gracias a un gol en el minuto 93, que selló una eliminatoria llena de tensión, nervios y corazones al límite. El Escobedo, que llegaba con un 0-2 en contra de la ida, rozó la remontada con dos goles de Saza, pero el tanto local en el último suspiro truncó su sueño de permanencia.
Desde el pitido inicial, el Barbastro apostó por una propuesta controlada, sin asumir demasiados riesgos, sabedor de la ventaja obtenida en el partido de ida. El Escobedo, por su parte, tardó en mostrar sus cartas y no inquietó a la defensa oscense hasta pasada la media hora. Nico, con una acción individual en el minuto 6, generó el primer aviso para los locales.
La primera parte fue táctica y muy medida por ambos equipos. Pocas llegadas claras, mucha disputa en la medular y un Barbastro cómodo con el 0-0, aunque sin renunciar al ataque. El Escobedo tuvo su mejor ocasión en un disparo detenido con acierto por el meta local, mientras que los intentos de Sola y Albin quedaron en meras intenciones.
El Escobedo despierta y pone el miedo en el cuerpo
La segunda mitad trajo consigo un cambio radical en el guion. Los cántabros salieron decididos a darle la vuelta a la historia, y su empuje pronto encontró premio. En el minuto 70, Saza cazó un balón suelto en el área y marcó el 0-1, abriendo de par en par la puerta de la esperanza para el Escobedo.
El gol alteró el ánimo del Barbastro, que comenzó a mostrar signos de nerviosismo. Guille Alonso había estrellado un disparo en el larguero minutos antes, pero ahora era el Escobedo quien llevaba la iniciativa. En el 85, de nuevo Saza, esta vez tras un centro preciso desde la izquierda, hizo el 0-2 que igualaba la eliminatoria y encendía todas las alarmas en el Municipal.

Konare, héroe inesperado en el 93
Con el empate global y la eliminatoria al borde de la prórroga, el Barbastro se volcó al ataque, empujado por una afición que no dejó de alentar en los momentos más críticos. Dani Martínez agotó sus cambios en busca de un milagro, y lo encontró gracias a Umaru Konare, quien había entrado al campo en el minuto 71.
En el minuto 93, un centro lateral ejecutado por Mallada encontró la cabeza de Konare, que remató con alma para hacer el 1-2, el 3-2 en el global, y el gol de la salvación. El estadio estalló. Jugadores, cuerpo técnico y afición celebraban un final de infarto que pasó de la tragedia a la euforia en segundos.
Un penalti y una celebración desatada
Todavía hubo tiempo para más emociones. En el minuto 96, el árbitro señaló penalti a favor del Barbastro. Guille Alonso lo lanzó, pero Laro, el portero del Escobedo, adivinó la intención y detuvo el disparo, prolongando la incertidumbre unos segundos más.
El pitido final desató la locura en Barbastro. Los aficionados invadieron el terreno de juego, entre abrazos, cánticos y lágrimas de alivio. Josan Fierro, presidente del club, no pudo contener la emoción y lloró sobre el césped tras un desenlace que ya forma parte de la historia reciente del equipo. Barbastro sigue en Segunda RFEF. Lo hace con sufrimiento, con fe y con un gol que vale una categoría.