HUESCA | El Bada Huesca ha perdido sobre el 40×20 del Valladolid en un partido del que seguro extraerá muchas conclusiones para que no vuelva a repetir tantos errores. Prácticamente no le ha salido nada. Sigue aferrado a esa idea de que se lucha con todo, pero con eso solo no basta. No se puede errar tantos siete metros, no se pueden desaprovechar las superioridades, ni fallar, especialmente, lanzamientos clarísimos.
Abrir la temporada, siempre es una incógnita por aquello de lo que los equipos no están conjuntados del todo, las piezas se tienen que pegar y un montón de cosas más. Pero es que el Bada Huesca ha sido barrid0 de la pista castellana. Los diez últimos minutos han sido una masacre para el siete altoaragonés. Nolasco siempre defiende que hay que competir para llegar a la recta final con posibilidades. Más en esta liga ASOBAl que se presume muy igualada.
Pues bien, el balonmano altoaragonés saltó por los aires conforme el paso de los minutos y poniendo en cuestión su base: la defensa. El siete castellano se limitó a plasmar su superioridad desde un Bar, sencillamente, colosal. Baste un ejemplo, tras 42 minutos de juego su porcentaje de acierto era de un 41%. Así las cosas, lo único a lo que se podía aferrar el Bada Huesca era a un milagro que nunca llegó.
Y es que el Bada Huesca empezó torcido. Si su punto fuerte era la defensa, los castellanos la violentaron. Ante su ataque, el siete altoaragonés nunca encontró ni huecos ni fisuras. El centro del 6:0 castellano es una colección de piernas y brazos tremendos; como un bosque denso por el que trazar la senda del gol era algo tortuoso. Y defendiendo más allá de los 7 metros, la construcción de juego del Bada Huesca -vía Ignacio Suárez o Tchitombi- era un imposible. Sin encontrar a Artur Parera -el pivote, no obstante, sacó varios 7 metros a la defensa pucelana- y sin un lanzamiento exterior efectivo, el Bada veía como poco a poco Valladolid marcaba distancias en el electrónico.
El único rayo de esperanza para el Bada Huesca salió en el minuto 16 con el empate a 10 en el electrónico. Fue un espejismo. Valladolid se puso las pilas y aprovechó cada error del rival para abrir hueco. Del empate a 16-11 nueve minutos después y manejar las diferencias el siete entrenado por Pisonero con la comodidad que da el colchón de goles.
Cinco minutos tardó el Bada Huesca en llevar la redonda a la red rival en el segundo acto. Lo izo vía Frank Cordiés que con su hermano fueron los máximos artilleros del Bada Huesca. Quizá, la única buena noticia del encuentro es que Samuel tuvo el máximo de efectividad. Es bueno que el chaval vea que en competición puede hacerlo tan bien como en los entrenamientos. Bada Huesca dejó su defensa 6:0 para meter a Ian Moya, y también a Óscar, en el avanzado. Pero tampoco le valió. Tuvo momentos en los que se acercó en el electrónico, pero cuando Valladolid intuyó cierto peligro le bastó con apretar el acelerador. Si a Bada le costaba un mundo llevar la redonda a la red rival, Valladolid lo hacía con extrema facilidad. Y así, aunque se quiera, es imposible de remontar.
Ficha técnica
BM Valladolid: Bar (p,1), Jorge Serrano (4), Oliveria (6), Abdelzice (1), Ribeiro (3), Toledo (2), Díaz (2). Siete inicial. César Pérez (ps), Karapalevski (3), Alejandro Pisonero (1), Tao Gey-Emparan (2), Fodorean (3), Miguel Camino (1), Pablo Herrero (2), Jozinovic (1), Cabral (2).
Bada Huesca: Gabor Decsi (p), ‘Charly’ (1), Rafa Paulo (3), Nenadic (2), Parera (1), Suárez, Frank Cordiés (5) Ian Moya (4). Siete inicial. Tekaya (ps), Samuel Cordiés (5), Dani Pérez (2), Óscar García (1), De Souza, Tchitombi (1).
Parciales cada cinco minutos: 5-3, 8-4, 10-9, 14-11, 17-11, 18-14 (descanso) 20-15, 22-16, 23-18, 27-20, 32-21, 35-25.
Árbitros: Pérez – Toro. Excluidos Fodorean, Herrero, Jozinovic, Ribeiro por el BM Valladolid; Tchitombi, ‘Charly’, Parera, Nenadic por el Bada Huesca