El de Sádaba no acabó por encontrarse cómodo sobre el terreno de juego en los primeros meses de competición con Luis García Tevenet y ya no contó para Anquela cuando el jienense llegó. Tanto Héctor Figueroa, recién llegado a la Ponferradina, como el costarricense Jonathan Moya, no dieron el callo en ningún momento y el segundo terminó saliendo en enero. Únicamente Luis Fernández fue quien se ganó la confianza de Anquela a base de trabajo y buenas actuaciones, llegando a superar a un Arruabarrena que llegaba con la vitola de estrella que repuntaría a un Huesca necesitado pero que terminó fracasando.
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Ya sin ninguno de los cinco hombres que conformaron la delantera la temporada pasada, Borja Lázaro ha llegado para quedarse y ser el hombre más determinante de la ofensiva azulgrana. Ya se estrenó como goleador del Huesca en el amistoso de Benasque y ayer superó de forma notable la prueba ante un duro hueso de roer como el Alavés, anotando un gol y acaparando toda la atención en tres cuartos. El ex del Leganés, que tanto ante Athletic y Alavés participó en la segunda mitad, superó a su par, Boris Cmiljanic, a quien le costó superar a la zaga albiazul.
El montenegrino de 20 años y propiedad del PSV Eindoven, a pesar de lograr hasta cinco tantos ante el Benasque, estuvo desacertado frente al Athletic Club y ante el Alavés fue incapaz de crear peligro. Borja Lázaro entró en el segundo tiempo y resultó un auténtico quebradero de cabeza para los zagueros locales. El madrileño es, a día de hoy, el delantero centro de una SD Huesca que todavía pretende reforzar esa posición pero que, por el momento, solo piensa en Borja Lázaro para que sea su máximo y mejor representante en ataque.
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