HUESCA | El Alcoraz vibró como en las grandes tardes. Y entre la emoción, el barro táctico y el suspense, emergió la figura de Álvaro Carrillo, quien firmó su primer gol con la camiseta del Huesca en el partido que supuso el primer triunfo como local esta temporada: un 2-1 agónico ante el Eibar, decidido en el minuto 95 por Sergi Enrich, otro protagonista con historia.
Carrillo no solo brilló por el tanto. También dejó claro en zona mixta que este Huesca tiene alma de equipo, unión en el vestuario y ambición para mirar hacia arriba. “Estamos muy unidos, vamos todos a una, creo que eso se ha visto hoy”, aseguró con rotundidad el central, que actuó como titular por primera vez y no desaprovechó la ocasión para dejar su huella.
🔵🔴 Analizamos el Huesca - Eibar y todo el cierre de mercado desde las 22:15. ¡Te esperamos!
Un estreno con sello personal
El gol de Carrillo llegó en el primer tiempo, tras una acción de estrategia que Sielva ejecutó con precisión quirúrgica. El central se elevó entre defensas y cabeceó a la red con determinación. “Solo salgo al campo con ganas de ayudar en todo lo posible a mis compañeros. Hoy, por suerte, he podido conseguir el gol”, afirmó.
El tanto fue más que un número en el marcador. Fue una declaración de intenciones. Para Carrillo, la oportunidad era especial: “El verte titular por primera vez y marcar… era una forma de reivindicarme”, confesó con honestidad. Y lo cierto es que lo hizo con creces. Cortó, lideró, animó y empujó a los suyos hasta el pitido final.
“La competencia es máxima, pero muy sana”
El defensa murciano también aprovechó para destacar el buen ambiente que se respira en el vestuario, pese a la alta competitividad en la plantilla: “La competencia es máxima y creo que eso nos hace mejores. Es sanísima. Somos compañeros y todos sumamos”, dijo.
Sobre su polivalencia —esta vez actuando en el centro de la zaga—, Carrillo fue claro: “No es mi única faceta. Tengo versatilidad y el míster lo sabe”. Un mensaje que refleja compromiso y disposición para aportar donde se le necesite.
Enrich, el golpe final con aroma a justicia poética
Aunque Carrillo abrió la lata, fue Sergi Enrich quien cerró el capítulo con un final digno de guion cinematográfico. En el minuto 95, y frente a su ex equipo, cazó un balón suelto tras un saque de banda y marcó el 2-1 definitivo. Fue un gol de instinto y redención, que hizo estallar de júbilo a los más de 6.400 espectadores presentes en El Alcoraz.
Carrillo valoró también ese momento de euforia colectiva: “El gol demuestra las ganas que tiene este equipo y la confianza que hay en el compañero”. El mensaje es claro: este Huesca cree, aprieta y no se rinde.
El equipo empieza a carburar
El triunfo ante el Eibar no solo es el primero del curso en El Alcoraz, sino que parece confirmar la evolución del equipo de Sergi Guilló, que supo sufrir y encontrar soluciones desde el banquillo. La expulsión de Arbilla en el 93’ fue la chispa, y el gol de Enrich, la llama.
Carrillo lo resume así: “Vamos en línea recta hacia adelante. Estoy muy contento porque el equipo está bastante bien. Las cosas están saliendo”. Y lanza un mensaje de continuidad: “Esto es fruto del trabajo semanal, del buen rollo entre todos y de la confianza en la palabra del míster”.
El valor del grupo, por encima de todo
En un fútbol de individualidades, Carrillo apuesta por lo colectivo. Sus palabras —a veces atropelladas por la emoción— dejaron entrever lo que se vive por dentro en el vestuario azulgrana. “Lo que se ve en el campo es que somos un equipo de verdad. Insistimos, luchamos cada jugada y al final, eso tiene premio”.
Con un gol en su cuenta, un mensaje claro en boca y un vestuario que responde, Carrillo se consolida como uno de los nombres propios de una jornada que puede afianzarse en el once titular de la SD Huesca.