El Casademont Zaragoza continúa sin encontrar el rumbo en esta pretemporada. En su tercer test, disputado en el Pabellón Pedro Delgado de Segovia, el conjunto aragonés cayó con claridad ante un Real Madrid muy superior (64-94), encajando así su tercera derrota consecutiva en apenas una semana de preparación.
El equipo de Jesús Ramírez ofreció destellos puntuales de buen juego, pero volvió a acusar los mismos problemas que ya se habían visto frente a Tenerife y Valencia: falta de ideas en ataque, poca solidez atrás y desconexiones prolongadas que dejaron el encuentro sin historia desde el tercer cuarto.
Un inicio esperanzador… que duró poco
El partido comenzó con cierta energía por parte de los rojillos. Miguel González anotó con rapidez y el Casademont movía bien la pelota en ataque, encontrando tiros liberados. Sin embargo, la ilusión duró poco. En apenas cinco minutos, los zaragozanos se quedaron en blanco y encajaron un parcial de 0-13 que permitió al Real Madrid tomar el control sin apenas despeinarse.
La entrada de Robinson y Stephens dio algo de aire, pero el primer cuarto ya cerraba con desventaja para los aragoneses, que mostraban síntomas de bloqueo ofensivo.
El Real Madrid impone su calidad
Conforme avanzaba el partido, el conjunto de Sergio Scariolo fue ampliando diferencias. El acierto desde el perímetro, liderado por Sergio Llull, unido a la potencia interior de jugadores como Tavares y Trey Lyles, dejó sin respuesta a un Casademont Zaragoza que ni en defensa ni en ataque encontraba soluciones.
Cada intento de reacción se veía neutralizado de inmediato por los blancos. Al descanso, la renta ya rozaba los veinte puntos y la sensación era de superioridad abrumadora.
Breves intentos de reacción sin premio
Tras el paso por vestuarios, los aragoneses parecieron volver con otra actitud y lograron reducir la desventaja en el marcador con un parcial inicial que levantó algo al público. Pero el espejismo duró poco: el Real Madrid contestó con un 8-0 y, más adelante, con un 11-0 que terminó de sentenciar cualquier atisbo de remontada.
El dúo Kabaca–Stevenson intentó sostener el ataque rojillo, mientras que Yusta, Bell-Haynes y Joaquín Rodríguez aportaron carácter, pero la diferencia de nivel era demasiado evidente.
Final con sensación de impotencia
El último cuarto apenas tuvo historia. El Real Madrid no bajó la intensidad y llegó a disfrutar de una ventaja máxima de 35 puntos. El Casademont, desbordado, solo pudo maquillar ligeramente el resultado hasta el 64-94 definitivo.
Más allá del marcador, lo más preocupante para los de Ramírez es la falta de fluidez ofensiva y la fragilidad defensiva, dos aspectos que deberán mejorar con urgencia antes del inicio de la Liga Endesa frente al Baskonia.