ZARAGOZA | El Casademont Zaragoza se enfrenta esta noche (21:00 horas) al partido más importante de su temporada, tal vez de su historia. En juego está seguir vivo en la final de la Liga Femenina Endesa o despedirse ante su gente con la cabeza alta. Enfrente, un Valencia Basket imperial, que domina el baloncesto español femenino en los últimos años y que llega con un objetivo claro: cerrar la eliminatoria y levantar su tercer título de Liga consecutivo.
Para evitarlo, el Casademont cuenta con su mayor tesoro: más de 10.000 gargantas entregadas en el Príncipe Felipe, un pabellón que no solo espera rugir, sino morder. De hecho, las de Carlos Cantero mostraron en el primer partido en La Fonteta que no se rinden ante nadie (75-65). Llegaron a colocarse a solo un punto a falta de tres minutos en un duelo que rozó la épica, demostrando que las diferencias sobre el papel no siempre se traducen en la pista.
El Valencia Basket, dirigido por Rubén Burgos, no necesita presentación: campeón de Supercopa, finalista de Euroleague Women y con un fondo de armario envidiable. Jugadoras como Fiebich, Leticia Romero, Iagupova, Raquel Carrera o Alexander forman una constelación taronja difícil de igualar. Pero no imposible de frenar, y el Casademont ya ha enseñado el camino.
Con alma, grada y Atkinson
La diferencia puede estar en el alma. En lo emocional. Y ahí el Casademont Zaragoza siempre compite. El equipo ha ganado este año mucho más que partidos: ha ganado una ciudad. El Felipe se llena no solo por el título, sino por agradecimiento. Porque esta plantilla ha devuelto la ilusión a la grada, y ahora la grada quiere devolverle el esfuerzo con aliento incondicional. A eso se sumará, salvo sorpresa, el regreso de Tanaya Atkinson, que pese a no estar al cien por cien, aportará la garra, el talento y esas penetraciones dirección al aro que tanto se echaron en falta en momentos clave del primer partido.
No se trata solo de aguantar el tipo. El Casademont debe mantener el nivel físico, cerrar el rebote y buscar el ritmo que le permite competir de tú a tú, como hizo ante Girona. Será clave el trabajo interior de Hempe y Evans, la dirección de Mariona Ortiz y el acierto exterior de Mawuli y Pueyo.
Lo saben todas: hoy no hay margen para errores, pero tampoco para el miedo. Si se gana, se volverá a La Fonteta con una oportunidad histórica el próximo sábado. Si se pierde, será luchando hasta el último aliento, como siempre.
El Felipe y el Casademont Zaragoza, no firman finales
No es un secreto que el Valencia Basket quiere evitar un tercer partido ante Casademont. De ganar hoy, se coronaría campeón en Zaragoza y cerraría un ciclo en el Príncipe Felipe, ya que a partir de la próxima temporada jugará en el Roig Arena. Pero el Casademont tampoco quiere despedirse esta noche del Valencia. No lo quiere el vestuario, no lo quiere el banquillo y, desde luego, no lo quiere una grada que hará del pabellón un volcán. Sea cual sea el desenlace, lo que está claro es que Zaragoza está orgullosa de su equipo. Pero si esta historia va a terminar, que no lo haga en silencio.