ZARAGOZA | Casademont Zaragoza está a las puertas de escribir la página más gloriosa de su corta pero intensa historia. Esta noche, en La Fonteta (20:45 horas), las rojillas disputan el primer partido de la final por el título de la Liga Femenina Endesa, frente al Valencia Basket, vigente campeón de las dos últimas ediciones. Un reto mayúsculo, pero también una oportunidad única para un equipo que ha hecho de la superación su identidad. Vencer en territorio valenciano, donde hasta ahora pocos han osado levantar la voz, significaría jugarse el segundo triunfo en el Príncipe Felipe y bajo el calor de una Marea Roja que con total seguridad llenará el feudo maño para el segundo choque, programado el domingo a las 21:00 horas.
Lo de Casademont no es casualidad. Tras eliminar a Jairis en cuartos y a Girona en semifinales, el equipo aragonés se ha colado por méritos propios en la final. La primera en su historia, la primera para el baloncesto femenino zaragozano, y la primera para la ciudad en cualquier liga nacional en 30 años. El precedente más cercano lo firmó el Pinturas Lepanto de fútbol sala en 1995. Desde entonces, Zaragoza soñaba con algo así.
Al frente, Carlos Cantero, el arquitecto de este grupo que ha logrado consolidar a Casademont entre la élite nacional y europea. El técnico podrá contar con casi toda su plantilla, salvo las conocidas bajas de larga duración (Gatling y Nerea Hermosa) y la duda hasta última hora de Tanaya Atkinson, que ha viajado a Valencia y podría disputar sus primeros minutos desde el inicio del playoff.
La #MareaRoja pone rumbo a Valencia ❤️🦁
Buen viaje y nos vemos en la Fonteta 🫶🏼 pic.twitter.com/tVPbuA8Jg6
— Casademont Zaragoza (@casademontBZ) May 8, 2025
Valencia: el gigante a batir
Enfrente estará el coloso. El rival del Casademont no es otro que más que conocido Valencia Basket, bicampeón de Liga, y que afronta su quinta final consecutiva como “quien va a tomar un café”. Ha eliminado a Joventut y Perfumerías Avenida con solvencia, y llega con la ambición de despedirse de La Fonteta —que será reemplazada por el Roig Arena— levantando su tercer título seguido. Además, ganar supondría también el billete directo para la Euroliga 2025, aunque el segundo clasificado se asegure jugar la previa.
Pese a las bajas importantes de Ouviña, Vitola y Queralt Casas, el equipo taronja sigue siendo una potencia ofensiva, con jugadoras como Leticia Romero, Iagupova o Raquel Carrera. El balance histórico entre ambos equipos es claramente favorable a las valencianas: 19-4, con diez derrotas en diez visitas del Casademont a La Fonteta. Hasta ahora, todo intento de alzarse allí ha acabado igual, como si las normas del juego estuvieran grabadas en piedra y cualquier conato de rebelión condenado al silencio. Pero incluso los sistemas más férreos han visto grietas cuando alguien se atrevió a desobedecer el guion. Y este Casademont nunca ha entendido de papeles preasignados.
Sin complejos y con toda la ciudad detrás
Casademont llega como tapado, pero con el alma de campeón. Ha competido esta temporada en 54 partidos y podría alcanzar los 57, muestra del nivel de exigencia que ha soportado. En ese camino ha sufrido, ha perdido piezas clave, pero siempre ha sabido reinventarse.
Y lo hace con una afición entregada: un autobús de seguidores del Casademont ya está rumbo a Valencia, mientras que el Príncipe Felipe acaricia el sold out para el segundo partido. La ciudad está ilusionada, empujada por un equipo que ha convertido el esfuerzo y la resiliencia en bandera y que representa mejor que nadie el espíritu aragonés y maño. Porque como dijo el propio Cantero en la rueda de prensa previa: “Zaragoza se ha ganado el derecho a soñar”.
Un primer asalto con aroma a final anticipada
Ganar hoy puede suponer medio título. La historia dice que quien golpea primero en una final al mejor de tres, tiene muchas más posibilidades de ser campeón. Casademont Zaragoza lo sabe y por eso va con todo. Motivos para creer sobran. Con Mariona Ortiz como líder emocional y tras su mejor encuentro como rojilla tras sus 24 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias para 31 créditos en la vuelta ante el Girona, el refuerzo de Merritt Hempe como ancla interior, una Stephanie Mawuli que se ha teñido de rojo para llamar a la mística y una Helena Pueyo que es un francotirador, el Casademont está listo para la guerra.
Si hay un momento para romper estadísticas, para tumbar gigantes y para conquistar sueños, ese momento es ahora. Casademont se la juega en Valencia… y no va a vender barata su piel precisamente.