Seguramente buena parte de esta culpa está siendo el portero Sergio Herrera, que ha cuajado grandes actuaciones personales y se está convirtiendo en toda una sensación. Su corta edad y el papel de secundario con el cual parece ser que partía a inicio de temporada, no han sido impedimento para que el joven jugador natural de Miranda de Ebro haya aprovechado (y de qué manera) la oportunidad brindada.
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Otro factor importante está siendo la labor defensiva y más concretamente la línea de cuatro y Juan Aguilera. Se da además la curiosidad que Sergio, Jair, Carlos David, Soriano y Aguilera son los únicos futbolistas que han disputado todos los minutos en liga. Y el propio Nagore, que tan sólo ha sido sustituido en Zaragoza por Vadillo rozando la conclusión (93′). Es decir: portero, defensa y pivote son hasta la fecha inamovibles para el míster jienense.
El equipo actúa como un bloque
Cuando Anquela aterrizó en tierras oscenses por el mes de noviembre del año pasado, su principal objetivo y preocupación fue dotar al equipo de una consistencia defensiva. Tras unos meses convulsos, en los cuales el equipo más que enderezar el rumbo parecía resquebrajarse cada vez más (primero con línea de cinco y luego con línea de cuatro), supo dar con la tecla adecuada y firmar un final de liga digno de elogio.
Ese final parece haberse prolongado en el tiempo y la plantilla da la sensación de haber asumido las consignas del míster jienense, a pesar de las nuevas incorporaciones que solo han hecho que mejorar lo que ya había.
Así pues, el trabajo de Juan Antonio Anquela, Juan José Carretero, Marcos Marcén, Adrián Mallén y Adrián Sipán está dando sus frutos y todos ellos han convertido al equipo oscense en un rival incómodo, rocoso y difícil de batir.