ZARAGOZA | El Real Zaragoza prepara un ambiente especial para el duelo ante la SD Huesca. Lo hace en el día de la verdad, en una cita clave para su futuro. La grada de animación, representada a través del grupo Gol de Pie, prepara un corteo tres horas antes de iniciar el encuentro. Se iniciará en la Plaza San Francisco, a seiscientos metros de La Romareda. Ese trayecto reunirá al zaragocismo y lo hará con una banda sonora propia. Sonarán los clásicos y se buscará que ese camino sea la marcha de la victoria.
A las 19 horas, con los alrededores de La Romareda en plena ebullición, llegará el recibimiento. El autobús del Real Zaragoza caminará hacia el estadio, desde su hotel de concentración. A partir del giro hacia Los Porches del Audiorama, se vivirán las escenas más reconocibles. Se espera luz y un ruido ensordecedor. Se esperan tambores de guerra y bengalas, en imágenes que suelen acompañar las citas claves de cada temporada.
Hoy el Real Zaragoza quiere aferrarse a la vida. Limitado en el fútbol, apela al factor emocional para vencer uno de los partidos del curso, la final de sus finales. “Es el partido más importante de los seis que nos quedan por jugar”, dijo Gabi Fernández para resumir un duelo de un corte emocional. Hoy la rivalidad es lo de menos: importa más el estado de necesidad. “No podemos pedirle más a La Romareda, somos nosotros los que tenemos que darle”, dijo Lluís López, que ha protagonizado desencuentros con la grada.
La afición, que siempre estuvo y siempre se quedó, ofrece color y un ambiente único sin pedir mucho a cambio. Solo quiere un equipo que defienda con dignidad y amor al Real Zaragoza, dijo Cristian Álvarez. Y que esta vez se muera por vencer.