El 30 de diciembre de 2022, en los minutos finales del encuentro disputado en el estadio José Zorrilla, Vinicius Jr. fue objeto de insultos racistas por parte de un grupo de aficionados cuando abandonaba el terreno de juego. Las imágenes grabadas desde la grada dejaron constancia de las expresiones vejatorias lanzadas contra el jugador del Real Madrid y provocaron una ola de indignación pública.
Reconocen el delito y aceptan la pena
Este miércoles, los cinco implicados han comparecido ante la Audiencia Provincial de Valladolid y han reconocido su culpabilidad, aceptando una condena de un año de prisión por un delito de odio. La pena ha sido fruto de un acuerdo entre las partes, por lo que la ejecución ha quedado suspendida durante tres años, siempre que los condenados no vuelvan a delinquir y cumplan con los requisitos impuestos por el tribunal.
Sin indemnización, pero con sanciones ejemplares
Vinicius ha renunciado a cualquier compensación económica, mientras que los acusados han emitido un escrito formal reconociendo el carácter racista de sus insultos y pidiendo disculpas. Además de la pena privativa de libertad, el fallo incluye otras medidas relevantes:
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Multas económicas de entre 1.080 y 1.620 euros según el caso.
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Prohibición de asistir a estadios durante el periodo de suspensión de la condena.
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Inhabilitación especial para ejercer profesiones educativas, deportivas o de tiempo libre durante más de tres años.
Un caso con repercusión internacional
El episodio provocó una enorme repercusión en medios y redes sociales, tanto en España como en el extranjero. Las imágenes grabadas por aficionados desde distintos puntos del graderío sirvieron de prueba clave. Los hechos también motivaron la apertura de expedientes sancionadores por parte de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, que se reactivarán tras la sentencia.
Un mensaje claro contra el racismo en el deporte
Desde LaLiga se ha calificado la resolución judicial como “un hito en la lucha contra el racismo en el fútbol profesional”. La condena refuerza el mensaje de que comportamientos discriminatorios no quedarán impunes y se abre la puerta a futuras sanciones similares en otros casos.
Este juicio y su desenlace suponen un punto de inflexión en la batalla contra los discursos de odio en el deporte, en un momento en el que las autoridades reclaman mayor contundencia ante actitudes racistas en los estadios.