Las disciplinas deportivas con un elevado y complejo componente táctico van generalmente asociadas a entrenamientos tácticos que basan su aprendizaje en las múltiples repeticiones, la asimilación a lo largo del tiempo y la disciplina. Cuando llega la hora de la puesta en práctica durante la competición, los numerosos factores que pueden alterar los niveles de atención y reacción pueden echar por tierra todo el trabajo anterior.
Como entrenadores, podremos estar más seguros de que un jugador va a cumplir su rol táctico durante un partido si en los entrenamientos responde bien a ejercicios de toma de decisiones en los que debe, no solo realizar la tarea, sino que también debe ignorar interferencias (en forma de voces, sonidos, imágenes…) y situaciones de estrés. Además, trabajando la focalización de la atención y la toma de decisiones, la asimilación del orden táctico será más rápido.