Mucho ha cambiado la situación deportiva e institucional de ambos clubes desde la primera visita zaragocista al Anxo Carro. Allá por el 2014, el Real Zaragoza era un gigante de la competición, uno de los principales candidatos al ascenso; contaba con la ayuda económica de los recién descendidos y una plantilla hecha para el retorno inmediato a la élite del fútbol español. Varios de sus futbolistas (Roger, Laguardia, Álvaro González, Diego Rico) acabaron asentándose en Primera División al poco tiempo. El CD Lugo, por su parte, vivía su segunda campaña en el fútbol profesional. El solvente debut en Segunda División adelantó lo que el tiempo ha terminado confirmando: el proyecto tenía bases suficiente para establecerse en la categoría.
⚽️🦁 ¡Lunes a la vista| La previa del Real Zaragoza vs Albacete | El discurso de Fernando López | Palmadas al Viento
Nueve visitas y un denominador común
Para el Real Zaragoza, en esencia, Lugo ha sido como pasar por la silla del dentista una vez al año: infligió un golpe de realidad al equipo de Natxo González a principios de curso, sudó tinta china el de Víctor Muñoz para puntuar después de colocarse por delante en dos ocasiones y, ya con Víctor Fernández, el Real Zaragoza amarró la permanencia con una remontada en la segunda mitad. Puntualmente fue el lugar donde volver a ilusionarse: el Real Zaragoza post confinamiento arrolló a los lucenses en su mejor partido tras el parón y recuperó los motivos que justificaban la posición clasificatoria.
Entre tanto cambio, hay algo que en el Real Zaragoza permanece. El denominador común vuelve a ser la Ciudad Deportiva que, habiendo cambiado a los Laguardia, Diego Rico, Tarsi o Diego Suárez de la primera visita por los Francés, Nieto, Francho o Puche de la décima, sigue erigiéndose como el principal sostén del club.