La foto del Bada Huesca 2019/20 es similar al de la pasada campaña, aunque el vacío dejado por Bonanno y Carró es amplio. Sobre el parquet, la imagen es más distinta. Sobre todo porque se recuperan de distintas lesiones Marco Mira, Álex Marcelo y Joao Pinto. Además, Montoya sabrá el próximo miércoles qué tipo de intervención sufre para recuperar el menisco roto. Como para perder a Ostojic que está llamado esta temporada a marcar diferencias.
Y hasta aquí, el punto negativo. El positivo es amplio. El balonmano francés es más de choque que de sutilezas y eso se notó en distintas fases del amistoso. Mismas reglas, pero con distintas enseñanzas implica dos propuestas de juego opuestas. Con la baja de Montoya y Mira -el cántabro es jugador específico en área propia-, Nolasco ha solucionado en defensa el agujero con el cóctel de músculos, solidaridad y entrega de Ostojic, Mota, Asier y Del Valle. En ataque metió a Val -tremenda la efectividad del aragonés esta noche- por Asier durante muchos minutos.
Deja el Bada Huesca el poso que tiene más variantes que en otras ocasiones. Los extremos siguen enchufados y Sergio Pérez manda señales inequívocas de que puede dejar goles de esos que levantan a la grada, con una potencia de salto brutal. El siete altoaragonés sigue aferrado a su solidez defensiva, a su entrega y el acierto bajo palos -tanto Jorge Gómez, como Dani Arguillas y Jorge Broto dejaron el sello de su calidad- para correr rápidas contras. Se fallaron algunas, se erró algún 6 metros claro y se dejó constancia de que el equipo tiene mucho recorrido. Peo también de que está llamado a firmar muy buenos partidos y si las lesiones se anulan hay un muy buen equipo.
Acaba la pretemporada de una campaña que viene muy ilusionante por el pasado más reciente del equipo y porque cumple 25 años de lo que empezó siendo un sueño y hoy es la referencia del balonmano aragonés que, además, construye jugadores en su cantera.