MONZÓN | El Atlético Monzón se despidió del sueño de ascender a Segunda RFEF de la forma más amarga posible: tras dominar durante buena parte del partido, perdonar ocasiones claras y terminar cayendo en la tanda de penaltis ante el Porreres. El Isidro Calderón, que se llenó para la ocasión, pasó de la euforia a la desolación tras un final infeliz que duele por cómo se produjo.
Un guion cruel para un partido que parecía del Monzón
El partido comenzó con ritmo e intensidad. El Porreres, obligado a remontar el 0-1 de la ida, salió con todo. Pero fue el Monzón quien se mostró más incisivo en los metros finales. Youssef fue un quebradero de cabeza constante. Tuvo dos mano a mano y varias internadas por banda que pusieron en apuros a la zaga balear. También Valencia, desde segunda línea, rondó el gol con un cabezazo y un disparo desviado por poco.
El dominio del equipo de Mario Mariani fue evidente en una primera parte donde el Porreres apenas inquietó. Pero el fútbol, cuando se perdona tanto, suele castigar.
Del control al empate
La segunda mitad siguió un patrón similar. El Monzón acumulaba ocasiones, el público empujaba y el reloj corría a su favor. Sin embargo, en un balón largo mal defendido, Rodri Cuenca asistió a Alomar, que batió a Puigvert y firmó el 0-1. Un gol que igualaba la eliminatoria y cambió por completo el guion.
El tanto dejó tocado al Monzón durante varios minutos. Aun así, volvió a reaccionar. Youssef, de nuevo, tuvo el segundo en sus botas, pero el portero Julián Rivas, héroe inesperado del día, lo evitó con una gran intervención. El choque se fue a la prórroga entre calor, cansancio y una tensión creciente.
La prórroga y la maldición de los penaltis
En el tiempo extra, las piernas pesaban más que las ideas. El Monzón tuvo una ocasión muy clara con un remate de Chipi, pero de nuevo apareció Julián, que comenzaba a erigirse como figura clave. El Porreres, más entero físicamente, logró mantener el control territorial aunque sin crear excesivo peligro.
Y llegaron los penaltis. El Monzón golpeó primero con los aciertos de Claver, Arnedillo, Solano y Chipi. Pero Puente falló su lanzamiento y, tras el empate a 4, Fadi erró el definitivo. El encargado de lanzar el penalti decisivo fue el propio portero balear: Julián Rivas. Y no falló. Gol, ascenso para el Porreres y lágrimas para el Monzón.
Más que un ascenso: una oportunidad histórica perdida
Este no era un playoff más. Para el Atlético Monzón, lograr el ascenso a Segunda RFEF hubiera supuesto alcanzar una categoría inédita en su historia reciente. El club, que ha firmado una temporada muy meritoria, había acariciado el éxito con una eliminatoria que tuvo en su mano.
Youssef, el jugador más destacado del curso, simboliza a la perfección lo que fue el Monzón: lucha, talento, pero falta de puntería. El equipo fue superior en muchos tramos, pero la eficacia del rival y los penaltis, tan imprevisibles, decidieron el destino.
Una ciudad que creyó hasta el final
Más de 1.500 aficionados llenaron el Isidro Calderón. La ciudad se volcó con el equipo y creyó hasta el último segundo. Aunque el resultado final deja una herida difícil de cerrar, el ambiente, el compromiso del grupo y la imagen ofrecida durante toda la temporada dejan huella.
Este Monzón ha demostrado estar preparado para competir en lo alto. Solo faltó un detalle, una chispa, una pizca más de acierto. El futuro sigue siendo prometedor si se mantiene este bloque, esta idea de juego y esta ambición.
Ficha técnica
Atlético Monzón: Puigvert, Koné, Arnedillo, Fofana, Cofrades, Moha (Ricky, m.68), Rausell (m.83, Chipi), Claver, Valencia (m.118,Puente ), Pablo y Youssef (m.114, Aritz).
Porreres: Rivas, Amengual, Romaguera (m.89, Lussenhoff), Calonge, Dani (m.97, Gabri), Sorell, Algaba, Alomar (m.90, Pedro), Jandro, Noguera (Sergi) y Rodri Cuenca (m.89, Canario).
Goles: 0-1, m.58: Alomar.
Penaltis: 1-0, Claver; 1-1, Canario; 2-1, Arnedillo; 2-2, Calonge; 3-2, Solano; 3-3, Pedro; 4-3, Chipi; 4-4, Amengual; 4-5, Rivas.
Árbitro: Cristian Selva.
T.Amarillas: Noguera, Solano, Sorell, Valencia y Puente.