ZARAGOZA | El Real Zaragoza pasa, posiblemente, por el peor momento de su historia. El ridículo espectáculo con el que los blanquillos deleitaron a las casi 11.000 personas que, bajo la lluvia, se trasladaron a La Romareda debería traer consecuencias que aún no se han dado. Sin embargo, puestos a destacar algo positivo dentro de la penumbra en la que se encuentra el club, Dani Gómez está cumpliendo con creces las expectativas. Ya suma dos tantos en cuatro partidos, pero su rendimiento va más allá.
Dani Gómez llegó en el mercado invernal con la difícil tarea de hacer olvidar la marcha de Iván Azón. El canterano anotó 7 goles en la primera vuelta, alguno de ellos importantísimos. Por tanto, el recién llegado del Valencia tenía mucho trabajo por delante. Aún así, Dani ha hecho su trabajo de forma excelente. Su debut fue llegar y besar el santo. Le bastaron veinte minutos para anotar su primer gol con la camiseta del Real Zaragoza. No sirvió de mucho, pues el Albacete se acabó llevando el partido por 2 goles a 1.
En su debut en La Romareda y tras unos buenos 55 minutos, Gómez recibió una dudosa tarjeta roja, que el arbitro decidió castigar. El Real Zaragoza, como nos viene acostumbrando, se volvió a dejar puntos en casa. Por ello, no disputó ni un minuto ante el Granada, en un encuentro que los blanquillos salvaron in extremis. Cuajó un buen partido en el empate a uno contra el Sporting de Gijón, pero su mejor actuación hasta el momento la firmó el pasado sábado.
En uno de los peores partidos de la historia del Real Zaragoza su nombre es uno de los pocos que se salvan. Anotó de penalti y se podría decir que un porcentaje alto del gol de Soberón le corresponde. Con problemas a la hora de encajar en sus nuevas aficiones, se retiró de La Romareda ovacionado, en un momento que dice muchas cosas. Dani Gómez jugó para el equipo y tuvo ocasiones para él y para el resto.
En poco tiempo, ha demostrado así que es uno de los pocos destellos en la oscuridad que envuelve al Real Zaragoza. Tiene calidad y se esfuerza por demostrarlo. Presiona y se mueve bien sin el balón. Es todavía pronto, pero Dani Gómez es uno de los motivos por los que la esperanza sobrevive en el zaragocismo.