ZARAGOZA | El Real Zaragoza empató ante el Albacete en un encuentro marcado por el desorden táctico, la escasez futbolística y, sobre todo, por la polémica arbitral. El conjunto aragonés apretó y llegó, pero el VAR apareció hasta en dos ocasiones para negar el tanto local. De esta manera, los de Gabi acumulan un bagaje pobre, que quizá no corresponde a lo visto sobre el verde.
Inició el Real Zaragoza con varios cambios en su once. Francho apareció en el lateral, Akouokou acompañó a Guti en la media y Kodro formó pareja con Dani Gómez en la punta de ataque. Con un planteamiento algo distinto, Gabi Fernández trató de acumular efectivos en el último tercio. Sin embargo, dicho plan se tradujo en falta de criterio, de lucidez y de mordiente ofensiva. A pesar de que el Real Zaragoza dispuso de ocasiones, ninguna de ellas se concretó con cierta claridad. No obstante, el cuadro blanquillo mostró una imagen seria y competitiva en defensa, en lo que se certificó como una continuación del trabajo realizado en semanas pasadas.
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Los acercamientos más claros se explican a través de la actuación arbitral, dos llegadas que pudieron desequilibrar la balanza a favor del Real Zaragoza. En la primera mitad, el esférico tocó en el brazo de Pepe Sánchez cuando el defensor se ubicaba dentro del área. Sin embargo, y tras consultarlo con el VAR después de señalarlo en un inicio, Palencia Caballero rectificó y no pitó penalti. Posteriormente, un barullo en el área visitante terminó con el esférico traspasando la línea. Sin embargo, el colegiado señaló un dudoso fuera de juego tras pausar el encuentro durante más de cuatro minutos. En el tramo final, arropado quizá por la inercia, el Real Zaragoza creció y acumuló futbolistas en campo contrario, pero la falta de acierto negó la primera victoria de la temporada.
