En el debut frente al Eibar, el equipo armero se vio obligado a realizar 18 disparos, 6 de ellos a puerta, que a la postre fueron insuficientes ante una SD Huesca que con el mismo número de disparos entre los tres palos pudo hacer 2 goles. Más efectivos todavía fueron los de Leo Franco en San Mamés, empatando 2-2 con solo 4 oportunidades claras de gol, mismo registro que los locales. No cambió el guión en ataque en el Camp Nou, pese a la goleada, ya que los visitantes consiguieron 2 goles en 3 tiros a puerta. Aún así, contra un FC Barcelona capaz de generar 30 disparos de los cuales 14 fueron a puerta, poco pudieron hacer los azulgrana.
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Con los dos compromisos consecutivos en casa parecen haber llegado los problemas. En el estreno como local contra el Rayo, un golazo de Imbula obligó a la SD Huesca a remar a contracorriente desde la mitad del primer período. El conjunto azulgrana acabó volcado en el área rival pero no supo concretar. Los dos equipos llevaron a cabo 14 disparos, aunque la diferencia estuvo en que el Rayo aprovechó sus 2 tiros a puerta y el Huesca no convirtió ninguno de sus 4.
Contra la Real Sociedad la historia parecía repetirse. Una nueva derrota por la mínima, con un gol en el arranque del segundo tiempo, coincidiendo con los mejores minutos del cuadro local. De nuevo, superiores en oportunidades (13 a 7) y en tiros a puerta pero no en efectividad. De hecho, el tanto de Mikel Merino que privó a la SD Huesca de sumar sus primeros puntos como local fue el único disparo a puerta de los hombres de Asier Garitano.
En total, 82 tiros recibidos y 13 goles en contra, lo que se traduce en que el equipo altoaragonés encaja el 15,8% de los tiros producidos por sus rivales. En ataque, las cifras son similares, teniendo en cuenta los malos registros de los partidos en casa. La SD Huesca tan solo ha convertido 6 de los 51 disparos que ha llevado acabo, un 11,7%.