ZARAGOZA| Pocos jugadores fichados en el mercado invernal han tenido tanto impacto en el Real Zaragoza como Édgar Badia. El portero catalán encadena cuatro partidos jugando a un gran nivel y en apenas un mes ya ha hecho olvidar los fantasmas de Poussin y Rebollo. Frente al Sporting de Gijón, le negó el gol de la jornada a Cote con una parada al alcance de pocos en el único disparo a puerta peligroso que tuvo el conjunto rojiblanco. Y ahí es donde reside la diferencia fundamental entre Édgar Badia y el resto. Estuvo cuando se le requería. Su mano salvadora cambió el devenir del partido y a los pocos minutos Maikel Mesa puso el 2-0 en el marcador.