ZARAGOZA | Bienvenidos al día de la marmota, amigos zaragocistas. La vida sigue igual en este infierno donde el Real Zaragoza habita desde hace demasiado tiempo. Que sea agosto es pura casualidad, pues los que amamos el escudo del león no dejamos de sudar en todo el año.
Trataré de explicar a mi manera cómo se comportaron sobre el césped los actores principales de ese concepto sagrado que es su equipo de fútbol para los zaragocistas.
Adrián se colocó bajo los palos sin el tiempo suficiente para poder dar órdenes a su defensa. Si a mí me cuesta recordar el nombre de mis vecinos llevando toda la vida puerta con puerta, es imposible que el guardameta sepa cómo llamar a Radovanovic. En lo deportivo, paró la que iba fuera, y no detuvo la única que le tiraron entre los tres palos.
Tasende todavía no sabe cuál es su profesión. Lo que está claro es que a su madre cuando le dio a luz le dijeron que había tenido un varón y que jamás sería lateral izquierdo, y que cualquier otra cosa la haría con más destreza. No sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero creo que cada uno sabe lo que tiene que hacer en su trabajo. Si usted es panadero, lo que es seguro es que no se pondrá a vender tornillos y alicates. Un lateral izquierdo es alguien que lo primero que debe hacer es defender la parte izquierda del campo más cercana a la portería propia, y no colocarse en todas las posiciones del campo menos en la que le correspondería. Creo que habría que comprarle una brújula.
Juan Sebastián estuvo sobrio, eficaz. Un futbolista pesimista como diría Ancelotti, siempre esperándose lo peor, y para la desgracia de todos los zaragocistas, normal que piense de esa manera. Empezó de lateral derecho y terminó de central y aprobó en las dos posiciones sin necesidad de estudiar.
Radovanovic es un portero de discoteca reconvertido a central, que intentó que no entrara nadie al garito con malas intenciones. Lo consiguió porque no había nadie en la cola. Puede que los clientes más broncas sigan de vacaciones. Aún así se le coló uno que andaba distraído, pero que aprovechó la oportunidad para servirse él mismo la copa y hacer de dj y elegir la música que quería escuchar mientras tanto. Sólo sabe que su piel era oscura. Que tiene poca cintura no es algo que sólo lleve escrito en la cara. Abandonó su lugar de trabajo sin cumplir su horario. Se dice que para tratar de encontrar a Ochieng.
Pomares parece igual de enfadado que Radovanovic, pero tuvo algo más de paciencia y no se movió de la entrada de la discoteca durante toda su jornada laboral. Tuvo un día tranquilo en la oficina, pero igualmente se fue a casa con la sensación de no haber sido suficiente.
Francho corrió como siempre, pero casi nunca estuvo donde debía. Un tren que descarrila por su alta velocidad. Un “Ave” que es un pollo sin cabeza, y que mejor sería que tuviera la de un águila para saber otear el horizonte. Es mi debilidad y el corazón de este equipo, pero sin cerebro siempre tomaremos las decisiones equivocadas.
Raúl Guti, el cerebro demasiado estático. El opuesto a Francho. Dicen que los polos opuestos se atraen, pero en el Zaragoza sólo se hunden hasta un ahogamiento imposible de detener. En vez de complementarse, se repelen. Les imanta su zaragocismo y sus ganas, pero les separa la cruda realidad.
Paulino hizo en la parte atacante de la banda derecha todo lo contrario a lo que hizo Tasende en la suya. Conocedor de su oficio y de sus cualidades, trató de explotarlas todo lo que pudo hasta que su alegría se contagió de la grisura general de sus compañeros. Es una fuente de agua potable constante. Un manantial en cuya claridad disimular la niebla siempre presente en este Zaragoza de los últimos años.
Sebas Moyano. El Paulino de la banda izquierda. Al contrario del cántabro no tiene tiempo para afeitarse y prefiere utilizarlo en seguir regateando lo que sea, a un futbolista rival, una lata de cocacola o una zapatilla desparejada que se encuentre en su casa.
Aketxe. Ni está ni se le espera. Un extraterrestre que ha caído en los terrenos de juego y que hace todo lo que puede para abandonarlos y regresar a su planeta.
Dani Gómez. Mucho ruido y pocas nueces. Se mueve más que Aketxe, pero con idéntico resultado. Le gusta ir al espacio, lugar donde vive el vasco, pero lo que debe es centrarse en la manera de hacer goles.
Iván M. P. Antes conocido como Calero. Cambiar de nombre no le ha hecho ser mejor lateral derecho, por lo menos en esta primera jornada. Aunque quiera parecer otra persona, es idéntica a la de la temporada pasada.
Pau Sans. Salió cuando el caos ya era ingobernable. Es un jugador distinto, con calidad y ganas de demostrar lo que vale. Merece más oportunidades y más minutos.
Soberon. El gol del Zaragoza puesto en duda. Ya le pasó con Víctor Fernández, que le cambió las seis primeras jornadas después de marcar goles en todas, y premiarle en la séptima con la suplencia. Gabi lo ha hecho en la primera, pero no creo que redunde tanto en ese error.
Bazdar. “Pasar” de un “pasota” no sé si es lo más recomendable. Jugó los últimos minutos y un servidor sudó más viéndole que él en el campo.