HUESCA | La idílica meteorología, una organización perfectamente coordinada y cuarenta equipos más motivados que nunca, convierten a esta segunda edición de Contrebandiers en un fin de semana de ensueño. El domingo 2 de julio, alrededor de las 6 de la tarde, los edificios de la plaza mayor de Boltaña proyectaban ya una buena sombra bajo la cual, los miembros de la organización se afanaban en preparar los premios para el podio final, los compañeros de los corredores de la última etapa -entre Aínsa y Boltaña- comenzaban a posicionarse alrededor de la línea de meta y el dj empezaba a animar el ambiente.
Cerca de la barra, los dos equipos que habían estado luchando durante todo el fin de semana por hacerse con el primer puesto absoluto, se abrazaban entre risas, a pesar de seguir en juego una victoria que había estado oscilando permanentemente entre ambos, durante los dos días anteriores. Finalmente, fue el equipo formado por tres “amigos de toda la vida” de Guipúzcoa, el Legra Team, el que se alzó con la victoria en la categoría masculina de equipos de 4, con un tiempo de 12:49:27.3 , más de 9 minutos por delante del equipo de Adidas, al que la suerte no acompañó en las etapas de MTB, en las que tuvieron que enfrentar algunos problemas técnicos.
Fue un pique sano y muy emocionante que mantuvo en vela a público, equipos y organización hasta la última etapa de las 8 que componen la carrera. Los terceros más rápidos, con un tiempo de 13:23:51 fueron ‘Viva la Zona!’, primeros en su categoría, la de e-bike, seguidos muy de cerca por el equipo Asturcántabro, primeros en categoría masculina por parejas, que consiguieron cerrar estos 165 kilómetros y más de 7500 metros de desnivel en poco más de trece horas y media.
Fue precisamente el recorrido de este año uno de los puntos fuertes más repetidos por los participantes, destacando especialmente la etapa 3, entre Barrosa y Piau-Engaly; un bellísimo tramo de alta montaña que se adentraba en el Parc National des Pyrénees, para provocar comentarios como “es la etapa más bonita que he corrido nunca en una carrera”. Otra de las partes más disfrutadas entre los asistentes fue el tramo final de la etapa 5, una etapa MTB muy física, pero que regaló a los participantes un último tramo de peraltes del que se siguió hablando durante toda la jornada del domingo.
La parte de MTB se completó con la subida a la Cruz de Guardia, uno de los senderos míticos de Zona Zero Pirineos, co-organizadores del evento junto a Pyrenées 2 Vallées, Luchon-Louron Cyclisme y Transpyros, y dos rutas que han sido escenario de las Enduro World Series en distintos años; la Maxiavalanche, en Ceresa, y la Nabias, en Loudenvielle.
En cuanto al trail running, también cruzó la frontera por el histórico Puerto de la Pez, entre los valles de Louron y Chistau, y se completó con otras dos etapas entre Aínsa y Escalona, y Aínsa y Boltaña. Esta última fue la única etapa en la que el calor tuvo un protagonismo algo mayor de lo que los aguerridos corredores habrían deseado. Por lo demás, el tiempo respetó de manera casi mágica durante todo el fin de semana, regalando algunas imágenes imborrables en las cotas altas, donde la niebla iba y volvía, dando lugar a paisajes irrepetibles.
El antiguo espíritu de unión entre habitantes de uno y otro lado de la frontera ha parecido contagiar de nuevo, este año, a todo el que, de una forma u otra, ha formado parte de esta carrera. Por segundo año consecutivo, se ha logrado que, más que una carrera, Contrebandiers sea, sobre todo, una fiesta del deporte y la montaña; una reunión entre amigos -muchos de los contrabandistas de este año repetían gesta tras la primera edición- llegados de distintos puntos de España y Francia.