El media punta ex del Celta de Vigo vive su peor momento en la capital maña. Las cuatro titularidades en 21 partidos y su escasa aportación desde el banquillo dejan en mal lugar a un tipo que la lesión en el tramo final de la temporada pasada le hizo mucho daño. Sin apenas minutos en pretemporada, le costó entrar en la dinámica del equipo que por aquel tiempo era inmejorable. Eso, sumado a los futbolistas que había en el medio le hicieron imposible asentarse durante los primeros compases de campeonato.
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A pesar de esto, el madrileño ha tenido oportunidades de sobra para reivindicarse debido al bajo nivel que han mostrado sus compañeros después de los quince puntos en las cinco primeras jornadas ligueras, pero ni por esas ha demostrado su valía. En una Segunda División en la que el talento y el desparpajo está en peligro de extinción, Bermejo parecía emerger entre el resto pero nunca llegó a ser así.
Una trayectoria de mérito
El mediocentro ofensivo recaló en el conjunto blanquillo de la mano de Lalo Arantegui en la campaña 2020-21, después de su paso por las categorías inferiores del Celta de Vigo. Allí debutó con el primer equipo y precisamente fue con Fran Escribá que dirigía al club celeste por aquel entonces. Sergio Bermejo llegó a la ciudad de Zaragoza tras el fatídico año en el que el Covid-19 le arrebató el ascenso al Real Zaragoza y se esperaba que el equipo de la nueva temporada estuviese a la altura de la pasada campaña.
El futbolista madrileño siempre ha sido una pieza importante para todos los entrenadores con los que ha estado a sus órdenes, tanto saliendo desde el inicio como partiendo de revulsivo y es que los números no engañan. Bermejo ha jugado 124 partidos oficiales con la elástica blanquilla en los que ha anotado 9 goles y ha repartido 10 asistencias. Cifras escasas para un jugador que tiene potencial para aportar mucho más al equipo.
Actualmente, está inmerso en un bucle negativo del que es difícilmente recuperable para la causa e incluso La Romareda le ha hecho saber en forma de pitos que su periodo en Zaragoza debería acabarse. El que en su momento fuera un oasis en medio del desierto se ha convertido en una simple mota más de arena.
No entiendo cómo puede prescindirse de uno de los cinco jugadores con más talento que tiene el Real Zaragoza.Joven, técnicamente impecable,serio,disciplinado,pero al parecer no sirve
En fin,como siempre,nueva equivocación del club,la enésima.A regalar un jugador con un potencial extra ordinario para luego cuando vuelva como rival nos deje en ridículo.
Todavía confío en haya en el club con un ápice de cordura para evitar tamaño dislate