ZARAGOZA | La presentación de Txema Indias descubrió a un tipo honesto, real. De momento llega solo, a la espera de construir con el tiempo una estructura propia, con su sello más especial. Flasheado todavía por las luces del estreno, pero dispuesto a dar sus primeros pasos firmes. No hay artificio, solo honestidad. Será el dueño de sus fichajes y en su mensaje hubo dos incógnitas fundamentales: no ratificó a Gabi Fernández como entrenador, no confirmó a Kervin Arriaga como el primer fichaje. Se emplaza a buscar, eso sí, una solución para las dos cosas. La primera tiene que llegar esta semana, la segunda no puede demorarse más de 20 días.
En sus pasos firmes hubo un conocimiento concreto de la categoría, una lectura noble y realista. Si él pudiera elegir, no querría partidos abiertos ni monedas al aire. Si él puede escoger, no quiere renovaciones masivas, incluso en un equipo que las necesita. Su preocupación ahora se centra en lo estrictamente deportivo, no en reformar un club. Su rompecabezas hoy se basa en aligerar una masa salarial más consumida de lo que cabría esperar, que le resta a Indias libertades en el mercado.
Txema Indias, grupo humano y el conocimiento de la categoría
En su hoja de ruta está construir un buen grupo humano, en que sus suplentes sean un elemento esencial de sus victorias. Hubo humildad y la sensación de que no pretende dar lecciones de demasiadas cosas, y menos de un sentimiento zaragocista que todavía tiene que adquirir. Conocedor de la categoría, autor de una única experiencia pero de diez vidas en Butarque, recordó mucho Leganés en su primer día en Zaragoza. Lo hizo por dos motivos fundamentales: porque sus últimos meses le siguen doliendo y porque su tiempo en Butarque explica su llegada a Zaragoza: “Hace unos años no hubiera podido imaginar haber estado aquí”.
Sin ser Zaragoza Butarque, pretende repetir un secreto de su ascenso: los 50 puntos como obsesión y punto de partida para crecer. También una propuesta de juego: quiere un fútbol cerrado a cal y canto, lleno de armaduras, escrito desde la solidez. No fue la más popular de todas sus declaraciones, pero sí una lectura que se ajusta a la categoría. Una fórmula que permite explicar todos sus ascensos.
Preocupó una lectura tan cruda de la masa salarial, la confesión de que el equipo no tiene márgenes para operar. Pudo pensar entonces que no solo le hablaba a los zaragocistas o los periodistas que cubrían la noticia. Quizá le habló también a un mercado y sus rivales, para no descubrir sus cartas ni hablar de retoques cuando se precisan reformas. Una idea define a Txema Indias. No siempre podrá decir toda la verdad, pero siempre habrá verdad en todo lo que dice.
Una reseña prudente y, en mi opinión, cercana sobre lo que dice -y lo que no dice- la persona de Txema Indias, uno de los pocos personajes profesionales del mundo del fútbol que son todo lo segundo -profesional- y nada de lo primero -personaje-.
Desde la lejanía, toda mi admiración y cariño. Ojalá le acompañen el tiempo y los vientos adecuados para llevar al Zaragoza adonde ambos (Txema y club) deben estar; merecerlo es fruto del trabajo.
Gracias por su comentario.