ZARAGOZA | El Real Zaragoza ganó al Racing de Ferrol y al Cartagena y también a la teoría. Mejor en las áreas que en cualquier otro lugar, el equipo de Gabi venció en dos duelos marcados por el miedo y la sensación de fragilidad. Si en A Malata sirvió el mejor cameo del curso de Adu Ares, en La Romareda el pasado sábado se subió a lomos de la segunda unidad para remontar un partido impredecible en todas sus formas.
En el Tartiere, el Real Zaragoza deberá cumplir con otra de las premisas para lograr la salvación, tal y cómo ocurrió hace un año ante el Racing de Santander: la permanencia pasa por vencer también a los pronósticos, casi todos en contra de los maños. Con el playoff prácticamente asegurado, los carbayones todavía no han perdido desde el relevo en el banquillo: con Veljko Paunovic han sacado 15 de 21 puntos posibles.
El Real Zaragoza también necesita sobreponerse a los últimos precedentes en el Carlos Tartiere. Sin victorias en el último lustro, la más reciente llevó el sello de James Igbekeme, en uno de los mejores partidos de este tiempo en Segunda División. Ese Zaragoza nunca llegó a confirmar todo lo bueno que prometió aquel día y acabó peleando por evitar el descenso a la extinta Segunda División ‘B’.
Un primer reinicio
El encuentro ante el Real Oviedo del pasado mes de diciembre supuso el primer reinicio de la temporada. El Real Zaragoza cayó de forma inverosímil en un encuentro en el que Chaira y Hassan escribieron su final. El equipo de Víctor Fernández nunca dio la sensación de tener el partido bajo control, ni siquiera con 2-0 y un penalti a su favor. Punto de inflexión para casi todos, terminó con la cuarta etapa del zaragozano en el banquillo.