ZARAGOZA | En el mundo del fútbol, tener la mente limpia tiene la misma importancia que mantener el tono físico. En muchas ocasiones, las piernas no funcionan si la cabeza no lo hace y, para el jugador, puede suponer un sinfín de barreras, una constante batalla contra sí mismo. Para paliar los problemas derivados de la salud mental, el Real Zaragoza ha añadido a su cuerpo técnico la figura de un psicólogo deportivo. A partir de ahora, dicha área estará cubierta por un aragonés, Jesús Cabrero.
Cabrero, natural de Bolea, es un trotamundos del fútbol. Sus guantes han defendido las porterías de equipos de todo el país y su cifra de partidos supera las tres centenas. Tras dejar de lado el terreno de juego, decidió centrarse en la psicología deportiva, al igual que hizo otro oscense: Joaquín Sorribas. Sus conocimientos le llevaron a la SD Huesca, donde ejerció con un carácter privado. Con un especial arraigo hacia sus raíces en Bolea, Cabrero guarda vínculos especiales con el equipo de su pueblo, donde ejercía de entrenador y en ocasiones volvía a enfundarse los guantes.
Ahora, llega al Real Zaragoza con un objetivo claro: despejar las mentes de muchos de sus futbolistas. Gracias a la creación de la «Oficina de Atención al Jugador», el conjunto aragonés logra un avance estructural, un cambio completamente necesario. La iniciativa pretende, según ha indicado el club, velar por el equipo y sus futbolistas a diferentes niveles. En ella se incluyen aspectos relacionados con el bienestar psicológico y emocional -donde emerge la figura de Cabrero-, gestión de vida personal y adaptación al entorno, asesoría administrativa y legal y formación y desarrollo personal. De esta manera, la entidad zaragocista continúa avanzando en un aspecto primordial, un factor clave en la vida de todos: la salud mental.