ZARAGOZA | El Real Zaragoza afrontaba la cuarta jornada de LaLiga Hypermotion, la segunda en el Ibercaja Estadio, con la obligación de mejorar la pobre imagen ofrecida en su estreno. Enfrente estaba un Real Valladolid que, cuarto en la tabla con 7 puntos, se mantenía en plena pugna por el ascenso. Muy distinto era el horizonte zaragocista: tras el cierre de mercado con doce incorporaciones, el reto pasaba menos por el resultado inmediato que por mostrar, de una vez, una idea reconocible con el balón. Porque este podía ser el último partido en el que Gabi y los suyos encontrasen coartadas; lo que ahora se exigía, por encima de todo, era juego y carácter. El encuentro terminó con empate a uno: el gol de Dani Gómez dio ventaja a los blanquillos, pero Meseguer igualó enseguida para el Valladolid. Primer punto en el Ibercaja Estadio y dos de doce posibles para un Zaragoza que muestra garra y solidez atrás, pero sigue sin fútbol en ataque.
Cuánto había echado de menos analizar a mi Real Zaragoza y cuánto necesitaba escribirlo en la crónica, sobre todo en estos tiempos tan grises. A priori, Gabi apostó por un 4-4-2 equilibrado que, más que ambicioso, sonaba a contener. Con la recuperación de Pomares en la banda izquierda tras la roja ante el Andorra, Sebastián regresó a su posición natural y atrás se cerraron filas con los dos muros de siempre. Aunque no por mucho tiempo, porque la lesión de Radovanovic en el minuto 8 obligó a dar entrada al debutante costamarfileño Akouokou. En el mediocampo reaparecieron Paulinho y Pau Sans, mientras Dani Gómez arrancó como titular. La teoría invitaba a pensar en un mayor protagonismo de las bandas, en lugar de los pelotazos en largo para que Dani o Moyano los persiguieran, pero lo cierto es que a ninguno del equipo se le dio ese oxígeno tan necesario.
⚽️🦁 ¡Así vivimos el cierre de mercado del Real Zaragoza!
Rodó la pelota con posesión dividida entre ambos equipos, aunque con más protagonismo para los pucelanos que para los blanquiazules y con escasa peligrosidad en los primeros compases. El Zaragoza recuperó la presión alta, adelantó líneas y forzó errores en la salida rival. El once de Guillermo Almada intimidó, pero la zaga local ofreció cierta seguridad para no temblar en cada córner o aproximación del Valladolid. El plan visitante se centró en abrir el campo, buscar las bandas y colgar balones al área, aunque en ese tramo la batalla se libró en los costados y el mérito fue de las defensas. Pasado el ecuador de la primera parte, la superioridad de los blanquivioletas era más que evidente, pero de ese dominio surgieron también los primeros destellos de la nueva incorporación del Lyon, que se hizo notar en el juego aéreo y en las intercepciones, dejando una buena imagen en su debut.
Ante un rival de estas características, Gabi demostró que con la incorporación de Akouokou y la versatilidad de Saidu, que acabó en defensa tras suplir a un compañero lesionado, el equipo había aprendido a defender en bloque, mejor tarde que nunca. Sin embargo, se olvidaron de atacar, y no por falta de esfuerzo de los hombres de arriba, sino porque el vacío provocado por la ausencia de un creador en el centro del campo hacía prácticamente imposible acercarse con peligro a la portería rival. Todo se reducía a recoger y perder, a intentos aislados y a tirar de individualidades que no llevaron a nada. Como mínimo, y a modo de cambio, el equipo sí ofreció una buena imagen defensiva, algo que la afición supo reconocer en una primera parte en la que el Real Valladolid buscó con insistencia y lo único que encontró fue una muralla sólida atrás.
Segunda parte del Real Zaragoza (1-1) Real Valladolid
Partido de humor inteligente para los aficionados, con Sánchez Villalobos como claro protagonista de una función no apta para adormilados. La segunda mitad arrancó con la misma dinámica que los primeros 45 minutos: tosco, áspero, brusco. Akouokou quiso demostrar su calidad con una ruleta que, en lugar de dejar atrás a su marca, dejó atrás el balón y generó una contra de cuatro contra tres que, por suerte, se apagó tras su propia entrada por detrás, acción que le costó la amarilla.
Sebas y Dani intentaron agitar el ataque, buscando espacios y tirando de garra. Con la línea adelantada, un solo error podía hacer saltar el marcador y, en un partido que estaba siendo, por decirlo de forma poco formal, infumable, David Torres se durmió en los laureles. Dani Gómez le robó el balón como último hombre en la frontal, lo recortó, lo acomodó a su pierna buena y definió a placer junto al palo derecho de Guilherme Fernandes (61′). Gol y explosión de alivio en La Romareda. Pero la alegría duró poco. Tras la celebración y la reanudación, el Real Valladolid respondió de inmediato con un córner sacado en corto. Biuk encaró, se marchó de su par y puso un pase raso al corazón del área. Allí apareció Meseguer, que de tacón desvió el balón al fondo de la red en el 63’. Empate apenas dos minutos después de adelantarse y jarro de agua fría para un Zaragoza que apenas había empezado a saborear la ventaja.
Tras la doble revisión del VAR por un posible fuera de juego del mediocampista pucelano, el Real Zaragoza volvió a buscar la portería con las incorporaciones de Francho, Cuenca, y otra de las caras nuevas del mercado, Kenan Kodro. El partido se avivó a partir del minuto 70, con un control parcial de los blanquillos. Francho encontró espacios a la espalda de la defensa para conectar con Dani, mientras Kodro bajaba como segundo delantero para recibir y dar aire al equipo, permitiendo la llegada de apoyos desde atrás. Juan Sebastián estuvo acertado por la derecha, mientras que por la izquierda las nuevas incorporaciones se mostraron mucho más erráticas. El «link rojo del FIFA» entre Moyano, Kodro y Pomares era evidente y cortaba cualquier intento de asociación. Es por ello que los ataques del Real Valladolid correspondían por esa misma banda.
Marcos Cuenca recibió en el lateral del área, encaró y sacó un centro que desvió la defensa, aunque el portero estuvo atento para meter la mano. También la tuvo el Valladolid, obligando a Adrián Rodríguez a intervenir sobre la misma línea de gol. En la recta final, ambos equipos dispusieron de ocasiones y, pese a los ocho minutos de añadido, el marcador no se movió más. Fue un partido que se calentó por momentos y en el que tanto unos como otros supieron aprovechar la debilidad puntual del rival para intentar clavar la navaja. Dos puntos de doce posibles. Gabi ha demostrado que la garra y la defensa han vuelto, pero ya no hay excusas: la faceta ofensiva sigue siendo, con diferencia, la que más deja que desear.
Ficha técnica
Real Zaragoza: Adrián Rodríguez; Juan Sebastián, Ínsua, Radovanovic (Paul Akouokou, 8′), Carlos Pomares (Marcos Cuenca, 77′); Paulino (Francho Serrano, 64′), Raúl Guti (C), Yussif Saidu, Sebas Moyano (Hugo Pinilla, 84′); Dani Gómez (Mario Soberón, 84′), Pau Sans (Kenan Kodro, 64′).
Real Valladolid: Guilherme Fernandes; Iván Alejo (Trilli, 83′), Tomeo, David Torres, Guille Bueno (Ivan Garriel, 84′); Meseguer, Stanko Juric (C); Ndiaye (Ponceau, 84′), Chuky (Moreno, 95′), Stipe Biuk; Latasa (Jorge Delgado, 46′).
Goles: Dani Gómez (61′), Víctor Meseguer (63′)
Árbitro: Jose Antonio Sánchez Villalobos; Pau Sans (Amarilla, 34′), Pablo Ínsua (Amarilla, 44′), Stipe Biuk (Amarilla, 45+2′), Paul Akouokou (Amarilla, 50′), Juric (Amarilla, 52′), Dani Gómez, (Amarilla, 62′), Trilli (Amarilla, 87′), Saidu (Amarilla, 90′), Iván Garriel (Amarilla, 94′)