Los de Rubi no regalan nada. El trabajo defensivo es algo innegociable para el técnico catalán. Si no se puede ganar, hay que saber empatar. Y si ya se está ganando, hay que saber mantener el resultado. Tan solo el Reus ha sido capaz de remontar lo suficiente como para puntuar ante el Huesca. A excepción del cuadro rojinegro, siempre que el Huesca se ha puesto por delante ha acabado ganando el partido.
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Pero la cosa no acaba ahí: solamente el Reus y el Rayo Vallecano han conseguido anotar cuando el Huesca estaba en cabeza, aunque a los de la franja no les sirviese para ganar (perdieron 2-1). Esa es la mentalidad actual, y se vio perfectamente reflejada ante el Albacete. Con la fortuna de los palos y el esfuerzo defensivo, los azulgranas mantuvieron la puerta a cero, lo que siempre es sinónimo de puntos.
Si no marcas, que no te marquen
Este es otro de los puntos fuertes de la filosofía Rubi. Tan solo en el primer partido de la temporada los azulgranas no anotaron y tampoco puntuaron. En ese encuentro ante el Numancia, en el que el conjunto altoaragonés cayó derrotado por 1 a o, la filosofía del equipo aún no había calado. Desde entonces, solo ha habido 2 partidos de Liga en el que los azulgranas no hayan visto puerta. El Sevilla Atlético y el Albacete han sido los únicos capaces de plantear defensas suficientemente férreas como para que el Huesca no anotase. Y eso tiene un precio, puesto que ninguno de los dos ha conseguido batir a Remiro tampoco.
Gran parte de este mérito lo tiene la sólida defensa planteada por Rubi. Con tan solo 8 goles concedidos en 12 jornadas, el conjunto oscense es el equipo menos goleado de la categoría. El nivel demostrado por la dupla Pulido-Jair, más el trabajo en presión del resto del equipo y la figura del pivote defensivo, hacen de este Huesca un hueso duro de roer, más allá de las grandes actuaciones de un meta de garantías como es Remiro.