Es la hora de todos

No sé si en el fútbol influyen los estados de ánimo, probablemente sí. No sé si el Huesca está desanimado, pero de diciembre a esta fecha es otro, distinto, menos punzante, más apagado. Sólo frente al Andorra el equipo demostró una pequeña vuelta a lo que era en un principio, pero de eso ya ha pasado más de un mes y 4 partidos.

Ahora bien: podríamos hablar de si el equipo es muy defensivo, de porqué le cuesta tanto crear ocasiones de gol, del porqué es incapaz de ganar fuera de casa con la honrosa excepción de Oviedo. Podríamos hablar de eso, y lo haremos, aunque ojalá no haga falta.

Sin embargo, desde este humilde púlpito al que me dejan subir de vez en cuando, quiero pedirles a todos una cosa muy importante, y me gustaría que me hicieran caso, no por darme palmaditas en el pecho, sino porque lo considero muy importante para el devenir de la temporada. El partido frente al Oviedo no es una final clasificatoria, ni siquiera determinante para el devenir de la clasificación, pero creo que puede suponer un punto de inflexión ahora que el equipo anda metido en un bache.

Así que pongamos por dos horas el contador de los reproches y el hastío a cero, activemos el chip de Miranda o del partido frente al Burgos en El Alcoraz de la pasada temporada, y demostremos que la afición, tira del equipo en los momentos que lo necesita.

En una temporada bastante decepcionante, la pasada, guardo esos dos partidos con un gran recuerdo de la afición, y se me acelera el corazón de orgullo al notar el comportamiento de un público que aunque no tenía lo que deseaba por ilusión y potencial, demostró ser de 10 ante dos situaciones difíciles y dejó ver que no será la más numerosa, pero que en estar al lado de su equipo siempre es de las primeras. Rememos pues todos en esa misma corriente, no perdamos la perspectiva y juguemos todos el mismo partido que juntos de la mano, siempre somos más fuertes.

Y sí, quien me diga que el equipo debe contagiar y aportar lo suyo tiene toda la razón, hay que pedirles un puntito más a todos, porque el trabajo de media temporada no puede irse cayendo en el inicio de la segunda vuelta, porque estoy seguro que la raza y la intensidad de partidos como el del Las Palmas o del Andorra no son fruto de la casualidad. Por eso, porque creo firmemente en que esos futbolistas siguen existiendo, apelo a ellos para que todos juntos, saquemos este partido adelante y sigamos remando en búsqueda de la tranquilidad. No va a ser fácil, no va a ser sencillo, pero las ccosas no las regalan y hemos estado muy bien acostumbrados en los últimos tiempos.

Yo sé que la gente de esta provincia es generosa, lo demuestra yendo al Alcoraz, pero también en el día a día compitiendo contra gigantes más grandes, sobreviviendo con esfuerzo y manteniendo viva esta provincia que llevamos tan dentro. No nos olvidemos de quien somos, pero tampoco lo usemos siempre como el comodín de la complacencia y la comodidad. Pongámonos todos el mono de trabajo, cada uno el suyo: los futbolistas en el césped, los aficionados en la grada, y quienes no vamos a la grada, empujando a los que si van para que apoyen por nosotros.

Vamos a retomar la senda del inicio antes de que las prisas, las dudas, los reproches y las ideas nos dividan y empecemos a ser un equipo y una afición del montón. Sigamos siendo diferentes, sigamos exigiendo desde la humildad, sigamos apoyando desde la ilusión y las ganas por este Huesca que ha sabido despertar a una provincia dormida, y aunque quizá desentone en estas líneas, me van a permitir terminar así: «Vamos coño! «Nunca reblar!».