Como decimos, una tendencia que viene siendo habitual desde la llegada de la nueva propiedad. Mientras Gabi Fernández apuesta por recuperar parte de la identidad y dedica parte de su discurso y sus esfuerzos a esta labor, por otro lado, las decisiones que se toman dificultan esta idea. Varios son los futbolistas nacidos en Aragón, por una razón u otra, que abandonan la disciplina blanquilla desde la llegada del nuevo organigrama del Real Zaragoza. Carlos Nieto, Iván Azón, Marc Aguado, Alejandro Francés, Alberto Zapater, Miguel Puche, Enrique Clemente, Marcos Baselga, Ángel López y probablemente Adrián Liso y Marcos Luna son las salidas de jugadores aragoneses que se han producido -o están cerca de producirse si nada cambia- desde que llegara Jorge Mas en mayo de 2022.
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Muchos de estos nombres son muy significativos, pero uno destaca sobre el resto. Alberto Zapater, símbolo para el zaragocismo, sirve una vez más como referente en esta tendencia. Con el ejeano se fue un gran jugador, un mejor capitán y un inmejorable zaragocista. Se fue una parte de nuestra historia, de nuestra tierra. Una pérdida de identidad que a día de hoy no se ha recuperado. Solo futbolistas como Francho, Marcos Luna, Pau Sans o ahora Juan Sebastián son capaces de explicar ese sentimiento de pertenencia. Algo que, sin duda, debilita al Real Zaragoza y choca frontalmente con la intención del club con propuestas como la serie ‘Made in Aragón’ o con parte del discurso de su entrenador.
La cantera, también bajo este patrón
Si en el primer equipo vemos esta tendencia, también puede aplicarse a la cantera. Quizás debimos darnos cuenta cuando se le llamó academia a la cantera del Real Zaragoza. Veremos cuál es el destino final de Marcos Luna y Adrián Liso, así como también el futuro de Marcos Cuenca, Pablo Cortés o Guillermo Acín, pero hasta ahora, lo cierto es que ayer se les dio salida a once futbolistas del Deportivo Aragón, entre los que destacan Chema Aragüés y Alberto Vaquero. Si algo positivo ha sacado el Real Zaragoza de estos años de austeridad ha sido su cantera. Siempre al rescate del club, la Ciudad Deportiva se ha ganado ser un activo imprescindible y debe cuidarse tal y como se merece, no como moneda de cambio.
