ZARAGOZA | Samed Bazdar vuelve a ocupar la actualidad zaragocista. Durante esta semana, Aragón Deporte desveló una novedad importante: el Rubin Kazan está interesado en el futbolista bosnio. Según esa información, el equipo ruso le trasladará próximamente una oferta cercana a los 5 millones de euros al Real Zaragoza (con 4 millones fijos y una suma de variables). La duda reside en dos cosas: ¿qué hará el club ante una propuesta de ese valor cuando la reciba? ¿qué quiere Bazdar que se haga?
Hace dos semanas, la atención se centró en un futbolista que admite una carrera de contrastes, dos versiones diferentes. En ese punto, el relato del club era claro. El Real Zaragoza no contemplaba la posibilidad de vender a Bazdar. Establecía además que la compra del 50% de sus derechos se había ejecutado en los meses finales de 2024. El miércoles, Fernando López revisó su caso y quiso dejar clara una idea: “Contamos con Samed Bazdar”. La semántica dio algunas pistas y dibujó un matiz fundamental. Se pasó no contemplar la venta de Samed a solo “contar con él”. Hay motivos para temer que la distancia entre una cosa y otra se puede trazar a través de un concepto: el precio.
Samed Bazdar, dos temporadas en una sola
La llegada de Bazdar significó un cambio de tendencia. Fue la primera gran apuesta de la nueva propiedad en mucho tiempo. La suma de todos sus derechos ha dejado la operación en 3 millones de euros. De la anterior inversión habían pasado 6 años, con los 450.000 euros que el Real Zaragoza pagó en tres plazos por el Pichu Atienza. A la elección del bosnio le siguieron los traspasos por Iván Calero, Bernardo Vital o Sebastian Kosa, en un verano del que solo ha pasado un año y un mundo al mismo tiempo. En todo caso, ninguna elección pareció tan decidida como la de Bazdar. Se le consideró una pieza elemental de un Zaragoza diferente, ambicioso y nuevo.
Los primeros meses de Samed corroboraron esa idea, los últimos añadieron algunas incógnitas. Mágico o maldito, la percepción pareció especialmente bipolar con un jugador distinto. Encajó en un concepto amplio: verso libre. Y lo hizo también cuando no acertó en todas sus rimas. Con solo 21 años y tantas versiones en la temporada como entrenadores tuvo el Zaragoza, cerró el curso sin la confianza plena de Gabi Fernández. Mucho antes, su lesión muscular había establecido una frontera: cuando volvió él no era el mismo, tampoco su equipo. El Zaragoza jugó a otra cosa y Bazdar, al que le dejaron ser en el primer tramo de la temporada, le pidieron que fuera otro al que había sido.
En el inicio de curso, encontró un cuerpo técnico que entendió su talento. David Navarro explicó las peculiaridades de su temporada: “En su primer año le pasaron demasiadas cosas y su mayor problema fue el idioma. Nos costaba que entendiera algunas pistas tácticas, sobre todo cuando el partido ya estaba en marcha. Creo que esa barrera le afectó a nivel personal y deportivo. Tiene que ser muy duro estar a miles de kilómetros de tu casa y no poder comunicarte”. En su intervención, Navarro dejó una frase reveladora: “Samed Bazdar es un diamante en bruto”.
Bazdar y Gabi, algunos desencuentros
Su relación con el técnico actual puede parecer más compleja. La última intervención de Gabi Fernández sobre el jugador no pareció una defensa total. Llegaba con un precedente y un mensaje en las redes sociales, que el bosnio escribió primero y tuvo que matizar luego. Bazdar asimiló entonces que nunca iba a volver a pasar desapercibido. Gabi Fernández resumió la polémica poco después a su manera: “Lo primero que hay que entender es que son chicos jóvenes, que se equivocan. Samed tiene un contrato importante con el club, es muy joven y tiene una progresión importante. Pero el que piense que en el Zaragoza tiene que ser titular por decreto, está equivocado”.
En esta pretemporada se le ha visto feliz, inspirado, dispuesto a escribir en Zaragoza una nueva historia. Al mismo tiempo, no se sabe a ciencia cierta lo que acabará pasando. El enganche bosnio está acostumbrado a que hablen de él, sin llegar a entenderlo todo. Se sospecha que en las últimas conversaciones Gabi le dejó caer que era importante pero no imprescindible. También que los cinco millones no son suficientes para renunciar a un jugador de su potencial y su talento. La principal conclusión está escrita en el titular: el expediente de Samed Bazdar sigue abierto.