ZARAGOZA | Anunciado su fichaje por la SD Ejea, la conversación con Fabio Conte continúa en SPORTARAGÓN. Su vida no se entiende sin el Real Zaragoza, sin un sentimiento total y los doce años que vivió en La Ciudad Deportiva. En esta segunda entrega, Conte pasea por sus recuerdos y reflexiona sobre los grandes temas del zaragocismo. Revive sus años de cantera, cuenta sus aproximaciones al primer equipo y ofrece su visión sobre la fuga de talentos en La Ciudad Deportiva. Valiente y ambicioso, no oculta que su gran sueño es volver algún día al Real Zaragoza.
Capaz de romper los moldes que se les asigna a los futbolistas, el canterano está feliz ante los micrófonos, dispuesto a explicar el deporte que le da sentido a todo. Ensalza un perfil de jugador en vías de extinción: el trequartista o el enganche. Y defiende a los futbolistas que tienen una voz propia y una percepción distinta de este universo. Fabio Conte ha venido a cambiar el juego.
Me apetece recuperar una frase que has dicho antes: «El Real Zaragoza es lo más grande que hay».
Y lo digo en serio.
Sigue siendo aquel partido contra el Pontevedra en La Romareda, ¿el mejor día de tu vida?
De largo. Nunca olvidaré ese día, por el vaivén de emociones que viví esa semana, por el playoff que disputamos ante un histórico como el Pontevedra. Venía de hacer un final de temporada buenísimo y me dí cuenta de que no iba a jugar a lo largo de la semana. Entré desde el banquillo y, en la banda, le dije a Emilio Larraz que iba a marcar. Lo hice nada más entrar, prácticamente en mi primer balón. Fue uno de los últimos goles frente a Gol Sur, una sensación espectacular. Tenía a mi familia, a mi novia y a mis amigos en la grada. Ese será para mí un recuerdo imborrable. Además, ahora que la van a reconstruir, siempre podré decir que yo marqué en esa Romareda.
Aquel fue el día grande de una generación de cantera, que ha dejado algunas huellas en el primer equipo…
Sí, fue muy especial. Ahora hay futbolistas que creo que están en ese momento en el que pueden tener una oportunidad. Es el caso de Juan Sebastián, un jugador en el que creo mucho, al que conozco muy bien. Ojalá sea el lateral derecho del primer equipo, porque tiene condiciones para serlo. Y luego hay otra gama de jugadores que quizá están en el punto en el que tienen que salir…
¿Hablamos de Pablo Cortés?
Pablo es un jugador espectacular, un futbolista diferente. La gente del club toma decisiones, basadas en su criterio y su experiencia, por mucho que a veces cueste entenderlas. Al final, son profesionales que conocen a Pablo mejor que nadie. Y quizá haya llegado su momento de salir, de dar entrada a otros jugadores, como me pasó a mí. Sin ir más lejos, creo que mi salida permitió que Hugo Pinilla tuviera tiempo en el filial. Él ha dado un paso adelante, ha crecido mucho y ha logrado debutar con el primer equipo.
¿De qué depende esa evolución?
Muchas veces no se trata solo de la calidad de los jugadores sino de encontrar tu tiempo. El fútbol se basa en estar en el momento adecuado, en el lugar indicado y en un punto personal perfecto. Solo así se puede estar preparado para aprovechar la oportunidad. Lo que sí que tengo claro es que la mayoría de los canteranos que han llegado al primer equipo han dado la talla y buenos resultados. El Real Zaragoza le debe muchas cosas a su cantera y hay que darle valor a La Ciudad Deportiva.
¿Crees que hay un patrón de futbolista que es más difícil de entender para los entrenadores y algunos aficionados?
Sí, es evidente. Lo pienso así y creo que lo he sufrido. El futbolista creativo, el 10 de siempre, se está perdiendo poco a poco. Lo bonito de este deporte es que es tremendamente subjetivo y se puede ganar de muchas maneras. Pero solo tienes que revisar las formaciones para descubrir que esa figura está en desuso, que cada vez menos equipos utilizan un mediapunta. Es parte de la adaptación, del fútbol que hoy se juega y también de una idea que tienen todos los entrenadores: no perder jamás. O ganar siempre.
A cambio, se pierden algunas cosas. Entre ellas una especie que nunca debería extinguirse: el futbolista de la calle…
Estoy de acuerdo. Los futbolistas son más académicos, casi clones el uno del otro. Está desapareciendo ese jugador distinto que generaba la calle. Para evitar esa tendencia, me gusta el paso que están dando algunas canteras. Se busca darle mucha libertad al futbolista en los entrenamientos, hacer ejercicios de puro fútbol. Me gusta que una gran parte de los entrenamientos sea repartir petos y poner a los chicos a jugar.
Fabio Conte, defensor del talento
¿Así querría Fabio Conte entrenar o que le hubieran entrenado?
Es lo que yo haría. En los años de formación hay que repartir equipos, poner a los niños a jugar, mezclar edades, premiar al jugador creativo, fomentar que sea diferente. Yo pondría a jugar infantiles con cadetes, cadetes con juveniles. Creo que es en ese contexto en el que se crean jugadores distintos. Me viene a la cabeza Pau Sans, que aprendió a jugar en nuestra urbanización de Valdefierro, en una pista de fútbol sala. Pau es de 2004 y jugaba contra chicos que eran cuatro o cinco años más mayores que él. Tuvo que aprender otros recursos para ganar aquellos partidos.
Cuando le ves en la élite, ¿te sigues encontrando en Pau al niño que fue?
Totalmente. Esa forma de desenvolverse en una baldosa, de utilizar las manos, de ganarse su propio espacio con pequeños empujoncitos. Eso que vosotros estáis disfrutando ahora, se lo he visto hacer mil veces con 8 años. Sigue siendo el mismo.
No es el único de la primera plantilla con el que has coincidido…
Antes hemos hablado de Juan Sebastián o Pau Sans, pero no me puedo dejar a Francho Serrano, que fue mi capitán en juveniles. Puro zaragocismo… Tampoco a Andrés Borge, un gran defensor, o Iván Azón. Iván ya no está pero es un gran delantero y un grandísimo amigo. Ahora, le disfrutó desde la distancia en el Como 1907 y le estoy ayudando un poco con el italiano. Al ver triunfar a un canterano siento un orgullo tremendo, una felicidad inmensa. Creo que de alguna forma les he podido ayudar a estar el lugar en el que están. Como zaragocistas, es un triunfo para todos.
También has tenido grandes entrenadores y algunos ilustres en el primer equipo…
Sí, tengo un gran recuerdo de Fran Escribá y otro muy especial de Víctor Fernández. A Fran le estoy tremendamente agradecido, fue muy cariñoso conmigo desde el principio. Recuerdo que mis primeras veces llegaron en lunes, en el típico entrenamiento de readaptación en el que un entrenador puede estar menos presente. Con Escribá sucedió todo lo contrario: estuvo muy pendiente de mí y me ayudó mucho desde el primer día.
¿Te impresionó conocer a Víctor Fernández?
Para todos los aficionados de este club es alguien especial. Fue muy cercano con todos nosotros. Pero lo que de verdad me impresionó fue su zaragocismo. Víctor Fernández sentía hasta los entrenamientos.
Hay un tema por el que te quiero preguntar, ¿cómo ves la fuga de talento, la marcha de tantos canteranos?
Es un asunto complejo, que admite muchas interpretaciones y creo que debemos respetarlas todas. Cada uno es libre de tomar sus decisiones, de elegir su camino. Pero yo no lo comprendo, a mí me cuesta entenderlo. No lo comprendo por el momento que vive el Real Zaragoza, por la cantidad de ejemplos que han roto la puerta del primer equipo. Me parece difícil que haya un sitio en el que sea más fácil llegar al fútbol profesional que Zaragoza.
Es un fenómeno que se da con mucha frecuencia, a edades cada vez más tempranas…
Cuando tienes 11, 12, 13 años me cuesta entender que los padres se asesoren con representantes, que enseguida piensen en llevar a sus hijos a otras canteras. Están muy lejos, nadie sabe lo que esos chicos pueden ser. Hay que ser realista. Y si quieres tomar esas decisiones, debes hacerlo en edad juvenil, cuando estás realmente a un paso del fútbol profesional. Y tengo claro que esa estación es más fácil alcanzarla en Zaragoza que en otros lugares.
¿Cómo se puede detener esa sangría?
No lo sé. Creo que el Real Zaragoza se está moviendo en los márgenes legales para intentar contener esa fuga. Es una pregunta para la que no tengo respuesta. Pero lo que hay que saber es que este escudo está por encima de cualquiera. Siempre. Y creo que el futbolista de cantera tiene que ser zaragocista. Hay que transmitir ese sentimiento. Y el que decida no estar en Zaragoza, que no vuelva nunca. El Zaragoza tiene que estar por encima de todos.
¿Explica esa última idea tu salida?