ZARAGOZA | Gabi Fernández atendió a los medios al finalizar el encuentro ante el Castellón. Dejó un discurso bajo y directo, sin la energía que siempre ha sido suya. En su mensaje hubo también una capa de protección al grupo, responsables de una salvación que nunca fue confeti, solo alivio.
En su primera intervención hubo crítica y defensa, dolor y aprecio: “Hemos hecho un partido inaceptable. El principal responsable soy yo y luego los chicos. Son los mismos que nos han dado la salvación. Pero estoy muy jodido por la imagen de hoy. Me voy satisfecho por haber acabado la temporada con la permanencia, pero con una imagen que no me gusta”.
A esa lectura le siguieron algunas más, fundamentalmente breves, que se refirieron al zaragocismo sin llegar a consolarle: “Pido disculpas a la gente que ha venido. Nadie quiere ver un equipo a este nivel. La imagen de hoy es algo que no puede volver a darse nunca”. En esa lectura dejó también una promesa: “A ver si se puede resolver el futuro del club y también el mío. Tenemos que empezar a mirar hacia arriba y no hacia abajo. A la vuelta verán un Real Zaragoza reconocible, con el que se van a identificar en el campo”.
Si en la previa anticipó que su equipo competiría y defendería al escudo, el partido de Castalia le desdijo por completo: “Estoy jodido. El equipo ha trabajado mucho en estos dos meses y hoy hemos jugado sin lugar a dudas el peor partido desde que estoy aquí”. El final de curso ante el Castellón entra directo en su leyenda negra, en el capítulo de todas sus humillaciones. La frase que preside esta pieza sirve también como advertencia, refleja la necesidad de cambiarlo todo, de emprender una revolución que siempre se ha quedado a medias: “El partido de hoy sirve para ver la realidad del equipo”.