ZARAGOZA | El zaragocismo se mantiene a la espera del primer movimiento de Txema Indias en el mercado. La confirmación de Gabi Fernández en el puesto le ha dado forma a su proyecto. En un club en el que nunca se sabe lo que pasará mañana, hoy se sabe que el técnico comparecerá mañana. Dejó en el anuncio de su renovación algunas pinceladas que ya ha escrito en otras ocasiones. Quiere ver a un equipo reconocible, con el que la afición pueda identificarse.
También hubo mensajes ocultos en ese vídeo, en una mezcla perfecta entre un anuncio de perfumes y la estética cholista. El símbolo parece evidente y la referencia directa. Gabi Fernández siempre quiso parecerse a Simeone, fue su apéndice sobre el césped, el capitán de su primer proyecto y el líder de sus batallas. Gabi entendió a su lado el técnico que quería ser. Resulta inevitable ver el parentesco en su discurso, en mensajes que siempre activaron la tecla emocional, la referencia popular. Como el fútbol avanza por caminos cíclicos, Gabi Fernández quiere recorrer en La Romareda (en la vieja y en la nueva) el paso que Simeone trazó primero en El Calderón y en El Nuevo Metropolitano.
Gabi Fernández, cholismo avanzado
Mientras el club quiere ocultar los vínculos atléticos, el club homenajea a Simeone para anunciar la continuidad de Gabi Fernández. A su vez, el técnico recurre a una vieja idea cholista para conectar al zaragocismo. Sus mejores victorias llegaron lejos del césped: logró unir todo lo que estaba separado. Ganó antes de vencer. Y el Zaragoza construyó esa permanencia a partir de esa cohesión: “Desde que llegué no perdimos como locales. Nuestra gente nos ha dado la salvación”, llegó a decir el técnico madrileño. Si alguien quiere imitar a Simeone en cualquier contexto debería empezar con ese sintagma: “con nuestra gente”.
El primer capricho ya está escrito: quizá el primer movimiento en el curso es el de Alejandro Iturbe, el portero del filial colchonero. Inmerso en el Europeo sub 21, ha decidido buscar una salida y en Segunda División pocas candidaturas parecen más sólidas que la del Real Zaragoza. Parece una opción factible, pero todavía lejana, básicamente porque el chico quiere centrarse primero en el torneo que se juega en Eslovaquia. El mercado también apunta a una vía sentimental, a un recurso habitual de Txema Indias: el de los reencuentros y las segundas nupcias que ofrecen sus equipos.
Mañana Gabi Fernández le pondrá palabras a su continuidad. El técnico aparecerá liberado, convencido de que le ha devuelto a Zaragoza una pequeña parte de todo lo que el Real Zaragoza le ha dado a él. Quiere construir un proyecto propio al lado de Txema Indias, con homenajes escritos y cifrados a su maestro. Hijo aventajado del Cholo, Gabi no oculta su espejo ni su idolatría: “Para mí es un halago que me comparen con él”. Hay puntos en común en su relato, en su modelo de juego y hasta en el primer anuncio de su renovación. Los dos entienden de una forma similar el fútbol, leen el juego a través de la vía emocional, son capaces de reunir a la grada. Y a los dos les sienta bien el negro.