ZARAGOZA | A falta de una jornada para el final, el Real Zaragoza selló la salvación. Lo hizo en un partido tenso que se decidió, una vez más, a balón parado. El gol, aunque fue en propia puerta, llegó tras un saque de esquina. La especialidad de Gabi en esta recta final de curso. Más allá del azar en el remate final, hay mucho trabajo detrás. Desde que llegó Gabriel Fernández a los banquillos, la dinámica cambió. Más allá de lo táctico, ha sido emocional. El conjunto blanquillo ha recuperado intensidad y compromiso. Gabi ha sabido conectar con la plantilla y con la grada.
El arma definitiva
Uno de los pilares fundamentales ha sido, sin duda, el balón parado. De los 13 goles anotados desde el aterrizaje del entrenador, 8 han sido gracias a ello. 5 de ellos tras saques de esquina, tantos con más importancia debido a su dificultad. 2 en jugadas ensayadas, premiado por un esfuerzo táctico diario. 1 desde el punto de penalti, transformado por Mario Soberón. Esos números reflejan algo más que eficacia: muestran trabajo, convicción y estrategia. En un fútbol cada vez más igualado, las acciones de pequeños detalles deciden partidos. Gabi lo sabe a la perfección.
La salvación se ha conseguido en parte gracias a la influencia de Diego Pablo Simeone. En una plantilla hundida en el aspecto mental, Gabi sabía por donde había que tirar en el césped. No ha escondido su aprendizaje de su mentor en el Atlético de Madrid. La obsesión por el detalle, el dominio de la estrategia y el convencimiento de que se puede ganar desde el esfuerzo, son marcas de “Cholismo“. Una importación de ADN al completo, el Real Zaragoza dominó esta faceta. Ha creado un equipo rocoso, solidario y peligroso en cada córner o centro lateral.
Futuro proyecto con Gabi al mando
Todo indica que Gabi Férnandez continuará al frente del proyecto la próxima temporada. Su trabajo y su conexión con la afición son argumentos sólidos para su renovación. No hay detalles confirmados, pero el club tiene pensado ofrecerle una nueva oportunidad para mostrarse. El reto ahora es construir un equipo más completo, manteniendo lo que ya ha funcionado: la efectividad en las jugadas ensayadas. Aparte de ello, Gabi ha servido para transformaciones. Uno de los nombres propios ha sido el de Jair Amador. El central estaba viviendo un año difícil y gracias al técnico, mostró una mejor versión. Ha sido clave tanto en defensa como en ataque a balón parado, marcando así dos goles con sabor a gloria. Su liderazgo en el área rival y su capacidad para imponerse lo han convertido en un recurso brutal.
La salvación se ha logrado, si, pero el Real Zaragoza merece mucho más. El club, la afición y el vestuario han vuelto a unirse en el momento más difícil, y eso también es fútbol. Ahora es tiempo de resetear, de planificar con cabeza y de construir sobre una base. La Romareda se despidió con una victoria importante, gracias a un saque de esquina que acabó en gol. Es el momento de comenzar el castillo, de sujetar las patas de la mesa para una temporada a la altura. Lo más seguro es que Gabi esté presente, en busca de una reconstrucción, de otra plantilla renovada. Eso sí, la esencia del Cholo Simeone seguirá estando presente en todo momento. En la idea y en la pizarra.