ZARAGOZA | Un mercado más, Gaëtan Poussin vuelve al centro de la escena. Su historia se repite en Zaragoza, sin importar si en su último curso fue capaz de vencer a sus fantasmas. Anteayer estaba entre los descartes, ayer Txema Indias impuso la lógica y mañana no se sabe lo que podrá pasar.
La portería, una prioridad
Al margen del expediente Poussin, la portería se ha convertido en uno de los asuntos centrales de Indias, también en uno de sus principales rompecabezas. Antes de iniciar el mercado, el Real Zaragoza ejecutó la rescisión de contrato de Joan Femenías. Fue uno de los comodines que se reservó la dirección deportiva de Juan Carlos Cordero, uno de los pocos favores que le prestó el pasado del Zaragoza a su presente.
Indias planeó después el recambio ideal para esa posición, con una opción trabajada en secreto. Andrés Fernández era el elegido y estuvo a un paso, pero la operación se cayó cuando todas las partes la daban por hecha. Ese fue el mayor revés que ha sufrido Indias en Zaragoza, un golpe doloroso en su planificación: “No me gusta dar nombres específicos. Por salir nombres llega otro club poderoso y lo que has trabajado en tres semanas se te va en tres horas”. La declaración admite un matiz: la responsabilidad de que Andrés Fernández no esté en el Real Zaragoza es fundamentalmente de Andrés Fernández. Más afortunada pareció la declaración anterior, vinculada al único portero de la primera plantilla vigente para este curso: “Ahora mismo, tenemos que reforzar la portería, no debilitarla”.
La pregunta y todas las informaciones han devuelto a Gaëtan Poussin a su estado original. Siempre protagonista, la historia del portero francés en Zaragoza podría copar todas las páginas de los periódicos. Dejando a un lado lo que pueda suceder en esta ventana, Poussin ha estado en la puerta de embarque en dos de los tres mercados que ha vivido aquí. Y ni siquiera es eso lo más excepcional que le ha pasado.
Gaëtan Poussin, una historia de película
El relato de Gaëtan Poussin es el de una recuperación inesperada, quizá una de las más asombrosas que el fútbol ha podido contar en Zaragoza. El portero demostró que en el fútbol también se puede olvidar. Y consiguió renacer cuando nadie creía en él. Sus fantasmas habían aparecido mucho antes, en Gijón, cuando tendió el balón en el césped sin mirar atrás. Entonces no sabía que esa imagen le iba a perseguir durante mucho tiempo. Como el fútbol es siempre un territorio mágico, hubo que esperar unos meses para observar una nueva perspectiva. Poussin logró recobrar su autoestima en el verano siguiente, cuando ya había empaquetado sus maletas y nadie pensaba que pudiera tener una segunda vida.
La temporada pasada quizá no se ganó el gusto de todos los entrenadores o de los analistas, pero sí conquistó el corazón de la gente. Hábil en lo extraordinario y perezoso en lo normal, protagonizó momentos mágicos y una reconquista. No se acercó a los mejores registros de la categoría, pero descubrió su condición de portero especial. Ganador desde los once metros, el fútbol le reservó un momento único: un empate sobre la bocina ante el Eibar. En un partido que resumió su trayectoria en Zaragoza, Poussin protagonizó un fenómeno paranormal. Fue autor de una pifia y de un milagro. Tembló con las manos, pero ganó con la cabeza. Y venció en un día que no le hizo indiscutible, pero sí inmortal.
El Real Zaragoza coteja opciones para la portería y Gaëtan Poussin vuelve a las conversaciones. De momento, Txema Indias actúa con lógica y apuesta por reforzar una línea debilitada, a la que faltan piezas y quizá un cambio de cromos. Poussin ha descubierto ya una norma de todos los mercados: pase lo que pase, su posición no está asegurada. El portero francés sabe que, en lo bueno y en lo malo, se volverá a hablar de él. Y que su historia podrá ser filmada.