Sobrevivir en Nürburgring ya es un triunfo. Terminar una de las carreras más exigentes del mundo es motivo de celebración. Pero si además se roza el podio absoluto y se firma una segunda plaza en la categoría Am, el logro se convierte en mayúsculo. Eso es lo que ha conseguido este fin de semana Guillermo Aso, que completó su tercera participación en las 24 Horas de Nürburgring a los mandos de un Porsche 718 Cayman GT4 Clubsport (Typ 982) del equipo Breakell Racing, junto a sus compañeros Álvaro Fontes, Martin Rich y Pippa Mann.
La cita alemana, celebrada en el mítico trazado de más de 20 kilómetros del Nordschleife, reunió a cerca de 300.000 espectadores en una edición especialmente accidentada, con casi cincuenta abandonos entre los 140 equipos inscritos. En ese contexto de máxima exigencia, el cuarteto del Breakell Racing supo resistir y brillar. Finalizaron sextos en la categoría Cup 3 y segundos entre los vehículos clasificados como Am, un resultado de enorme mérito.
Adaptación exprés al Porsche y ritmo competitivo
La aventura arrancó el jueves con la sesión de clasificación, donde Aso ya mostró su talento siendo el más rápido del equipo en la Q1, a pesar de estar habituado a pilotar un Mercedes-AMG. La vuelta rápida del conjunto llegó el viernes con un tiempo de 9:24.019, que les otorgó el sexto mejor puesto de salida en Cup 3.
El sábado, a las 16:00, se apagaron los semáforos y comenzó una batalla de resistencia sin tregua. Tras las primeras horas de tanteo, el Porsche #982 se coló entre los mejores de su clase y se instaló en posiciones de podio al caer la noche. Con la llegada de la madrugada, Aso y sus compañeros consolidaron una sólida segunda plaza entre los Am, que defendieron hasta el amanecer.
Incidentes, reparaciones heroicas y un final de resistencia
La carrera no estuvo exenta de contratiempos. Dos incidentes pusieron en riesgo el trabajo de todo el equipo, pero la labor titánica del cuerpo técnico de Breakell Racing permitió devolver el coche a pista en ambas ocasiones. Ese esfuerzo colectivo fue clave para mantener la posición y cruzar la bandera a cuadros sin más pérdidas.
“Todavía extenuados por el esfuerzo que requieren las 24 horas de Nürburgring, estamos satisfechos porque el mero hecho de terminar ya es una victoria en sí misma”, explicó un Aso visiblemente emocionado al término de la prueba. El piloto zaragozano, que ya había terminado esta mítica cita en otra ocasión, se mostró orgulloso del rendimiento conjunto: “Breakell Racing hizo posible lo que parecía imposible, y mis compañeros Álvaro, Pippa y Martin estuvieron a un nivel excelente”.
Nürburgring como motor para el futuro
El propio Aso concluyó con una promesa implícita: “Nürburgring todavía nos debe algo, sin duda una motivación para volver con más ganas aún en el futuro”. Palabras que reflejan no solo el carácter competitivo del piloto, sino también la sed de revancha ante un trazado que, pese a los buenos resultados, sigue siendo uno de los más impredecibles y difíciles del mundo del motor.