Se demostraron que son ganas de baloncesto las que hay en Huesca, y más este año donde los astros se han alineado en un equipo que ocupa una plaza que no refleja lo que su presupuesto dice, que tendría que ser en una lucha por el descenso, cuando a día de hoy la lucha está más arriba, por firmar unos playoffs casi al 100% conseguidos y ya que estamos, por conseguir el factor campo, tan importante en caso de un tercer o quinto partido en las eliminatorias.
El aficionado sabe lo que hay y sabe cómo está el club, y se ha ayudado sin rechistar a esta llamada de auxilio que hacía años que no se realizaba, dejando ver que Huesca quiere baloncesto, y que los rumores de que Peñas Huesca no pueda salir en LEB Oro el próximo año, no son del agrado de la parroquia oscense.
Este año ya no solo hay amor a un equipo y unos colores, sino ilusión de hacer un buen papel y de vivir el baloncesto como años atrás se han vivido, en aquellos maravillosos años que el aficionado oscense ansía por volver a alcanzar algún día, y es que afición y equipo, como siempre, van de la mano.
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